BANDERAZO DE SALIDA.- Para reflexionar: Los mayores conflictos no se dan entre dos personas, sino dentro de uno mismo. * Los personajes célebres también tienen sus debilidades y desahogos como cualquier mortal. En un libro que Gabriel Figueroa Flores prepara sobre su papá, el laureado camarógrafo cinematográfico Gabriel Figueroa, cuya obra en una veintena de películas mexicanas le logró fama y reconocimiento internacional, dice lo siguiente. “Mi papá bebía bien. Tenía buen vino y cuando no trabajaba iba a todas las fiestas y se ponía unos cuetes tremendos. Presumía de haber estado en muchas fiestas, y decía que el mundo del cine era propicio para las parrandas”.
CURVA PELIGROSA.- Agrega: “Mi papá se iba a beber con el director Luis Buñuel, y de pronto en alguna fiesta terminaban bailando jotas aragonesas. Para que no supieran que estaban bebiendo champaña se la servían en vasos jaiboleros. Agarraban unas trancas pavorosas pero siempre muy divertidas. A mí me tocó ver a Buñuel salir de la casa de mis papás verdaderamente hecho un burro después de haberse bebido un par de botellas de champaña... A la casa de mi papá llegaban a comer y a tener alegres reuniones personajes muy famosos como Carlos Fuentes, Alberto y Lucero Isaac, Luis Alcoriza, José Luis y Berta Cuevas a quienes les gustaba hacer concursos de adivinanzas y otros juegos de salón. A Luis Buñuel le encantaba hacer broma de todo y de todos.
RECTA FINAL.- Otro amigo de mi padre que frecuentaba la casa, aunque poco después se alejó, fue Emilio “Indio” Fernández. Trabajó con mi papá en varias buenas películas, pero el alcohol y los cantos de la sirena lo echaron a perder. Cuando alcanzó cierta posición de éxito perdió contacto con la realidad, y creyó que estaba más arriba del nivel de los mortales... Era grosero y peligroso. Cuando tenía algunas copas de más le daba por sacar la pistola y amenazar a cualquiera. Nadie lo toleraba... El alcohol hizo que el “Indio” faltara a su trabajo, que no aprendiera bien sus parlamentos, y que repitiera escenas y poses creyendo que el público no se daría cuenta.
META.- “Vi al ‘Indio’ Fernández un día antes de su muerte. Estaba en su recámara con otros amigos y nadie hablaba. Emilio tenía una botella de coca-cola y mucho piquete de la que no paraba de beber. También fumaba. Su habitación estaba llena de polvo. Lo único limpio era un traje azul oscuro que tenía colgado de un clavo cerca de la ventana. El ‘Indio’ también estaba sucio. Nadie decía una palabra y el único ruido que se oía era el que hacía Emilio al tomar grandes tragos de la botella. Al día siguiente murió... Lo que mató al ‘Indio’ no fue tanto el alcohol como el momento crítico en que perdió el control de sí mismo. Todo tiene que ver con el ego que todos cargamos. El ego es algo misterioso y hay que cuidarlo y saberlo frenar. Emilio llegó a creer que era el mejor actor del mundo y salía la calle con su traje de charro, su enorme sombrero negro y un gesto de soberbia y desprecio hacia todos”.