Son tumores pélvicos de muy frecuente aparición en las mujeres. Se desarrollan a partir de la musculatura del útero y puede presentarse como un nódulo solitario o nódulos múltiples que varían de tamaño. Pueden localizarse debajo de la capa superficial del útero, en el medio de la capa muscular o proyectarse hacia la cavidad uterina.
La hemorragia menstrual excesiva a menudo es el único síntoma provocado por un mioma. Estos tumores del músculo uterino aumentan de tamaño y muestran un máximo crecimiento durante la vida reproductiva de la mujer y pueden crecer rápidamente durante el embarazo.
La mayoría de las pacientes no presentan síntomas; y los que los tienen pueden quejarse de hemorragias, dolor pélvico o síntomas opresivos en la pelvis.
Los miomas grandes pueden provocar opresión sobre las vísceras pélvicas y en algunas ocasiones estreñimiento y hemorroides por compresión local, aunque esto es raro.
La ecosonografía es de gran ayuda en el diagnóstico de los miomas del útero. Casi todos los miomas son asintomáticos, están confinados a la pelvis y rara vez son malignos, sobre todo sin no se observa un crecimiento rápido.
Las principales indicaciones para el tratamiento quirúrgico de un mioma son: hemorragia uterina, crecimiento rápido del tumor, crecimiento después de la menopausia, infertilidad, pérdidas repetidas de los embarazos, dolor intenso.
El diagnóstico presuntivo de un mioma se lo hace por el examen físico de la paciente, al encontrar un útero aumentado de tamaño y de forma irregular.
La sola presencia de miomas no es indicativa de cirugía, la paciente sin síntomas debe vigilarse cada seis meses para descartar un crecimiento rápido.
La elección del tratamiento depende de la edad de la paciente, número de hijos, presencia o no de embarazo, estado general de salud, síntomas, dimensión y localización de los miomas.
La extirpación quirúrgica puede ser difícil dependiendo de la localización y presencia de otras enfermedades pélvicas como endometriosis o enfermedad inflamatoria pélvica.
TIPOS DE MIOMAS
1.-Subserosos: Aparecen y se desarrollan bajo la capa (serosa) externa del útero y se extienden a través de ésta, dando al útero una apariencia nodular. Típicamente no afectan el flujo menstrual, pero pueden causar dolores en el bajo vientre, en la región lumbar y sensación de presión en el abdomen. Suelen desarrollar un cabillo o pedículo, haciéndolos difíciles de distinguir de un tumor ovárico en la ultrasonografía.
2.– Intramurales: Se desarrollan en la pared del útero y se extienden hacia adentro, aumentando el tamaño del útero. Son el tipo más común de mioma. Pueden causar sangrado menstrual intenso y dolores en el bajo vientre y en la región lumbar y/o sensación de presión generalizada en el bajo vientre, de que se quejan muchas mujeres.
3.– Submucosos: Se encuentran justo bajo el revestimiento interno del útero (endometrio). A pesar de que son el tipo menos común de mioma, son los que más problemas suelen causar. Incluso un pequeño mioma submucoso puede causar sangrado ginecológico masivo.
4.- Pediculados: Son los miomas que inicialmente crecen como subserosos y se destacan parcialmente del útero, quedando ligados a éste apenas por una pequeña porción de tejido llamada pedículo. Se los puede confundir en la ultrasonografía con tumores ováricos.