La epidemiología de la osteoporosis ha adquirido una importancia relevante como un problema de salud pública en todos los países del mundo, en virtud del incremento de la población senecta que ocurrirá especialmente en los países orientales y del tercer mundo, particularmente el Continente Latinoamericano, pues las fracturas por osteoporosis se dan fundamentalmente en personas mayores de 65 años de edad.
Un ejemplo de la enorme magnitud del problema proviene de los datos norteamericanos publicados en EUA la osteoporosis es responsable de un millón 500 mil de fracturas anuales: 300 mil fracturas de fémur, 250 mil fracturas de colles, 700 mil fracturas de columna vertebral y 300 mil fracturas de otros sitios del cuerpo consideran que actualmente diez millones de individuos tienen osteoporosis y 18 millones más tienen este riesgo y sólo 20 por ciento a 25 por ciento de los mismos están diagnosticados y tratados 13 por ciento a 18 por ciento de las mujeres blancas posmenopáusicas tienen osteoporosis, 30 por ciento a 50 por ciento adicionales tienen riesgos de fractura y sólo el diez por ciento de las mujeres mayores de 65 años tienen masa ósea normal. Las fracturas de fémur se asocian con diez por ciento a 20 por ciento de mortalidad durante el primer año de ocurrida la fractura (65 mil muertes en EUA por año) un 20 por ciento a 25 por ciento aproximadamente requerirán atención en casas hogares por tiempo prolongado.
En 1995 las fracturas por osteoporosis fueron responsables de 432 mil internamientos a hospitales, de 180 mil admisiones a asilos, y de 2.5 millones de visitas médicas con un costo aproximado de costos médicos directos anuales de 13.8 mil millones de dólares. Calculan que para principios del Siglo 21 la incidencia de fracturas de fémur y sus costos asociados se triplicarán si no se inician programas de prevención y tratamiento.
La osteoporosis fue definida en 1993 como una enfermedad ósea metabólica caracterizada por una masa ósea disminuida y deterioro microarquitectura ósea que aumenta la fragilidad ósea y el riesgo de fracturas.
Previamente desde el punto de vista epidemiológico la osteoporosis se definía y estudiaba en términos de prevalencia e incidencia de fracturas. La definición actual se basa en el mayor riesgo de fractura que es la disminución de la densidad mineral ósea y la microarquitectura ósea, con la ventaja que incluye sujetos con alto riesgo pero que aún no se han fracturado. La definición es aún incompleta porque no considera otros factores como las caídas, la complexión del sujeto, el remodelamiento óseo y otros factores genéticos y no genéticos aún desconocido porque unos se fracturan y otros no.
CATEGORÍAS
Aunque el ideal de cualquier médico que estudia pacientes que presentan riesgo de osteoporosis o se encuentran ya sufriendo la enfermedad, es el de hacer el diagnóstico de masa ósea baja antes de que ocurran las fracturas, esto no es posible en muchos de los casos y al momento en el que el paciente acude a consulta muchas veces ya presenta inclusive fracturas osteoporóticas.
De acuerdo con lo anterior y con base en la historia clínica y la exploración física podemos separar a los pacientes en dos categorías:
1.- Aquéllos que se presentan antes de haber sufrido fracturas conocidas como osteoporóticas.
2.- Aquéllos que se presentan después de haber sufrido su primera fractura.
3.- El estudio es tanto para la mujer como para el hombre ya que en los dos se presenta con igual importancia.
Así se dispone de que existen diferentes métodos que nos pueden ayudar a diagnosticar osteoporosis establecida (aquélla que ya presenta fracturas osteoporóticas) y otros que nos ayudan a evaluar la densidad mineral ósea independientemente de la existencia o no de fracturas.
La duración del estudio del hueso tiene una duración de tres a cuatro minutos y con esto se determina en qué rango se encuentra de calcio.