La osteoporosis (hueso poroso) es una enfermedad en la que se va perdiendo masa ósea y el hueso se vuelve más poroso, delgado y frágil, resistiendo peor los golpes y rompiéndose con facilidad. La masa ósea de una persona va aumentando a lo largo de su vida hasta llegar a un “pico máximo” alrededor de los 30 ó 35 años. A partir de esta edad (30-35 años) existe de forma natural una progresiva pérdida de masa ósea. Cuando la pérdida progresiva se acelera, lo cual ocurre en ciertas enfermedades o hábitos de vida o en el caso de la mujer al llegar a la menopausia, puede llegarse a la osteoporosis en edades precoces.
La osteoporosis es la principal causa de fracturas de huesos de la muñeca, columna y cadera en mujeres después de la menopausia.
Entre el 30 y el 50 por ciento de todas las mujeres postmenopáusicas están afectadas de osteoporosis.
Existen múltiples factores de riesgo que aumentan las posibilidades de padecer osteoporosis:
-Ser mujer.
-Raza blanca o asiática.
-Tener historia familiar de osteoporosis.
-Menopausia precoz (natural o quirúrgica).
-Consumo excesivo de alcohol o tabaco.
-Dieta pobre en calcio por periodos prolongados, especialmente durante la adolescencia y la juventud.
-Vida sedentaria con poco ejercicio físico.
-Constitución delgada, con poco peso o huesos pequeños.
-Consumo prolongado de ciertos medicamentos como: corticoides, heparina, diuréticos, antiácidos que contengan aluminio, etc.
-Ciertas enfermedades como: diabetes, hipertiroidismo, enfermedad de Cushing, artritis reumatoide, intolerancia a la lactosa, mala absorción intestinal, alteraciones renales, etc.
El tratamiento más eficaz de la osteoporosis es la prevención. Si nos fijamos en los referidos factores de riesgo, nos daremos cuenta de que hay algunos de ellos inevitables (raza, sexo, edad, etc.) pero existen muchos factores sobre los que podemos actuar para intentar evitar o al menos retrasar la aparición de la osteoporosis.
Los tres pilares básicos en la prevención y tratamiento de la osteoporosis serían:
1. Ejercicio físico.
2. Dieta adecuada con adecuado aporte diario de calcio.
3. Estilo de vida.
El ejercicio físico, adecuado a la edad y características de cada persona, practicado de forma regular, es muy importante para mantener los huesos sanos.
No debemos olvidar que... “Los huesos, si no se usan, se pierden”.
Son recomendables los ejercicios como: caminar, subir y bajar escaleras, danza, aerobic, natación...
Sin embargo, están contraindicados los ejercicios que incluyan flexiones, saltos o movimientos bruscos. Practicado de forma regular, es muy importante para mantener los huesos sanos.
No debemos olvidar que... “Los huesos, si no se usan, se pierden”.
Son recomendables los ejercicios como: caminar, subir y bajar escaleras, danza, aerobic, natación...
Sin embargo, están contraindicados los ejercicios que incluyan flexiones, saltos o movimientos bruscos.
La dieta debe contener cantidades suficientes de Calcio, Fósforo, Vitamina D, Lactosa y Flúor.
El aporte de calcio es esencial para mantener los huesos fuertes y saludables durante toda la vida. En determinadas épocas, crecimiento, embarazo, menopausia, las necesidades de calcio son mayores.
Necesidades diarias de calcio.
Adolescentes.
1.200mg/día.
Adultos.
800mg/día.
Embarazo.
1.200mg/día.
Menopausia.
1.500mg/día.
En la dieta habitual, la leche y los derivados lácteos (queso, yogur, natillas, helados,...) así como algunos frutos secos (almendras y avellanas) son las mejores fuentes de calcio.
En la práctica, lo cierto es que alimentos ricos en calcio suelen consumirse de forma deficitaria en la dieta diaria. Cuando la dieta habitual no aporta el calcio necesario, debe recurrirse a los suplementos. En este caso será su médico quien mejor podrá orientarle sobre el tipo de suplemento en calcio más indicado para Ud. así como la dosis, forma de administración y tiempo de tratamiento.
En las mujeres menopáusicas, además de este suplemento de calcio, puede ser muy beneficioso el llamado Tratamiento Hormonal Sustitutivo que indicado y controlado por su ginecólogo, se ha demostrado que es muy eficaz para prevenir la pérdida postmenopáusica de hueso y también para prevenir fracturas osteoporóticas.
Además de lo referente a la dieta y al ejercicio físico que acabamos de comentar, hay diversos aspectos de la vida que deben de modificarse para prevenir la osteoporosis como dejar de fumar o beber alcohol en exceso, y vigilar en la vida diaria las posturas que se adoptan tanto en reposo como durante el ejercicio. A continuación se esquematizan una serie de medidas posturales que evitarán dolores y reducirán el riego de fracturas.