El año pasado murieron dos caballos estelares: “Trincherazo” y “Sármata” de los rejoneadores Diego Ventura y Pablo Hermoso de Mendoza respectivamente, ambos equinos murieron fuera de los ruedos.
“Trincherazo”, caballo de pelaje albino y de raza lusitana, que se caracterizaba por sus emocionantes batidas. Diego Ventura le puso ese nombre porque al salir de los embroques pegaba un recorte y los toros se desplazaban como si hubieran recibido un trincherazo con la muleta.
El 4 de julio el caballo albino murió a consecuencia de un cólico, fue operado, pero se presentaron complicaciones post-operatorias, quedando Ventura sin uno de sus más importantes caballos.
“Sármata”: El 2 de octubre del pasado año, cuando la temporada (2007) estaba por finalizar, moría de neumonía en la Facultad de Veterinaria de la Complutense, tordo rodado, de raza apéndix-de cuarto de milla mexicano con inglés.
Pablo Hermoso de Mendoza educó el valor de “Sármata” para hacer de él un caballo estelar del último tercio. El rejoneador navarro declaró que perdió el mejor caballo del tercio de muerte que ha tenido en su larga y brillante carrera como rejoneador. Recientemente fue entrevistado el veterinario de donfianza de Hermoso de Mendoza: Francisco Ganuza Arañanzas.
El Dr. Ganuza asegura que las cornadas, no son el principal problema que sufren los caballos de rejoneo, en cambio los problemas respiratorios, las lesiones musculares y otro tipo de afecciones, se presentan con suma frecuencia.
El porcentaje más alto en número y peligrosidad son las patologías respiratorias, declara el Dr. Ganuza, que este es un problema muy grave en el que se conjugan el estrés de los caballos tras la corrida con los viajes y las horas de transportación.
Los caballos padecen desde un simple catarro de garganta y de los bronquios hasta enfermedades más graves, como neumonías, edemas pulmonares, derrames pleurales, etc.
Las lesiones musculares son muy frecuentes, muchas veces derivadas del estado de los ruedos que en ocasiones son duros y resbaladizos. En Nimes, Francia Pablo Hermoso tuvo que sacrificar a “Lagartijo” por la fractura de una falange.
“El caballo es un animal asustadizo y nervioso que sufre mucho con el estrés que le provocan el viaje y la corrida”, resume el veterinario.
Leonardo Hernández (padre), experimentado rejoneador, es de la opinión de que la muerte más frecuente en los caballos de esta profesión es de neumonía. Sus argumentos son los siguientes:
Después de hacer un esfuerzo muy grande en el ruedo, los animales tienen el riesgo de tener problemas de enfriamiento, en la misma plaza o en los camiones, si no se les maneja y trata adecuadamente.
Debido a tanto viaje están mucho mas expuestos, ya que sus defensas están muy bajas. Otras patologías importantes, declara Leonardo Hernández son las lesiones músculo-esqueléticas, relacionadas con los tendones, los ligamentos, las articulaciones y los huesos. Aquí entran desde inflamaciones a fracturas, pasando por distensiones y artritis.
Ganuza explica que las plazas de toros están diseñadas pensando en los toreros a pié, y por lo tanto, no están acondicionadas para el rejoneo. Los toreros quieren que en el ruedo haya muy poquita arena para ellos sentir seguridad, pero los caballos necesitan un suelo arenoso.
