NOTAS CURIOSAS
Siendo muy parecidos los colores de los toros y caballos, se les llama, sin embargo, de muy distinta manera según que sea “taurino” o “charro” el que los designe.
Así por ejemplo, tenemos que un astado nunca es prieto, sino negro; es cárdeno, en vez de tordillo; berrendo, en lugar de pinto; castaño y no alazán; jabonero en vez de bayo, salinero y no rosillo; ensabanado, en vez de blanco; listón en lugar de hosco.
Aquellos dos diestros que llenaron una de nuestras más brillantes temporadas novilleriles, Carmelo Pérez y Esteban García, murieron no precisamente a causa de las terribles cogidas de que fueron víctimas, sino por culpa de los médicos. Recordaremos que Carmelo Pérez se fue a España contra la voluntad de los doctores Ibarra y Rojo de la Vega, no fue atendido debidamente en la Madre Patria, sobreviniéndole la pleuresía que lo llevó a la tumba; y Esteban García, que quizás hubiera sanado de la cornada, murió por haber sido trasladado de la Plaza de Toros de Morelia al hospital a las 11:30 de la noche y sin más abrigo que un capote de brega, declarándosele a poco una terrible bronconeumonía, a la que no pudo sobrevivir.
El origen de que después de las grandes hazañas se conceda a los matadores la o las orejas de la res, viene de que antiguamente los diestros ganaban sueldos muy mezquinos y cuando eran “orejeados” se les permitía recoger en el destazadero las carnes de sus víctimas, la que una vez vendida, aumentaban sus ganancias. Esta costumbre fue entrando en desuso a medida que los espadas fueron ganando más.
Antiguamente, y hasta no hace muchos años, todos los toreros usaban coleta natural. Esta costumbre fue desapareciendo poco a poco, siendo el primero que optó por no dejarse crecer el pelo don Luis Mazzantini. Hoy en día la frase de “cortarse la coleta” no tiene razón de ser y está siendo substituida por “retirarse de los toros”, en vista de que ya no hay diestro alguno en ejercicio, al menos entre los que algo significan, que usan tal apéndice capilar. Actualmente en México tenemos la impresión de que únicamente el torero tlaxcalteca Rodolfo Rodríguez “El Pana” utiliza en sus presentaciones coleta natural.
Hay muchas opiniones que consideran los “petos” como perjudiciales para el toro de lidia. Algunos ganaderos afirman que los hacen recelosos, y los propios diestros creen que dificultándose el romanear a los caballos, determinan que las reses lleguen al final de su lidia con más facultades.
Sin embargo, el uso de tales adminículos se hace hoy en día indispensable, pues es de justicia reconocer que han extirpado de la fiesta su parte más sangrienta. Si antes moría en cada corrida una docena de caballos, en la actualidad es muy difícil y a la vez muy raro que se registre alguna defunción equina.