DIESTRO GITANO
Rafael Gómez Ortega, “Diestro Gitano”, como también le llamaban, nació en Pozuelo, para luego ser trasladado a Madrid el 18 de julio de 1882, siendo un hecho que el “Gallo” fue sevillano, donde vivió.
Mencionan los escritos que fue un genial torero, bohemio incorregible, generoso y desprendido, mal administrador de todo cuanto ganó, pero exageradamente bueno con quien fuera su amigo o conocido.
“Diestro Gitano” fue el tercer torero de la familia “Gallito”. Sus padres fueron Fernando Gómez y su madre Gabriela Ortega, gaditana, que descendía en línea directa de una camada de toreros donde predominaban excelentes banderilleros y el magnífico matador Antonio Ortega el “Marinero”, equiparado en su época cumbre con Mazzantini y que llegó a actuar en cosos aztecas.
El gusanillo por la fiesta brava lo adquiere de su padre, que fue un gran artista con la capa y cuyos más grandes éxitos los tuvo en 1888, cuando se enfrentó a toros de Atenco, en la capital española.
Debutó como becerrista a los 14 años un ocho de abril de 1896. Un año después hizo mancuerna con Manuel Molina “Algabeñito”, con el cual se presentó como novillero en Madrid un 15 de mayo.
Posteriormente, Rafael Gómez Ortega, el “Gallo”, triunfa como novillero y decide tomar la alternativa de manos de Emilio Torres “Bombita” y como testigo de la ceremonia actuó Ricardo Torres; se lidió un encierro de la ganadería de Otaolaurruchi en la Real Maestranza de Caballería de Sevilla.
Un día después, el 29 de septiembre, firma un contrato para actuar en la Capital mexicana, donde años más tarde (1908-1909) obtendría grandes triunfos al hacer gala de sus faenas: “Las reboleras”, “serpentinas”, “el pase de la muerte”, “el afarolado” y “los cambios de muleta por la espalda”, todas creaciones suyas, que le hicieron acreedor del mote del “Diestro Gitano” o el “Genial Torero Gitano”.
Rafael Gómez, el “Gallo”, al arribar a tierra azteca, su diversión favorita, además de la zarzuela y la ópera, es la fiesta brava, y cuando Ramón López, empresario taurino de la plaza más importante de México, contrata a dos grandes figuras españolas: Antonio Reverte Jiménez y José García “Algabeño”.
En su primera aparición recibe un puntazo en la cara, con fractura de maxilar inferior, motivo por el cual regresa a la Madre Patria.
Pero fue en 1908 y 1909 cuando el “Gallo” se ganó el reconocimiento absoluto de los aficionados a los toros en la Ciudad de México. El seis de diciembre de 1908 se anunciaba el cartel mano a mano entre el “Genial Torero Gitano” y Manuel Mejías Bienvenida con un encierro bravo y noble de Piedras Negras.
El toreo vistoso, alegre y adornado de bienvenida gustó extraordinariamente, pero la faena del “Gallo” al quinto de la tarde, contribuyó un hecho histórico inolvidable.
Rafael toreó de capa en largas, se adornó en quites variados y logró tres maravillosos pares de banderillas, uno de ellos al trapecio, y un excelente trasteo con la muleta, el cual rubricó con una clásica estocada, mencionan los escritos de esa época que fue la mejor faena del “Gallito” en México, pues hasta ese momento no se habían visto con la capa lances con tanta gracia y soltura.
Rafael Gómez “Gallito” siguió actuando hasta 1918, fecha en que anuncia su retiro y se despide en la Plaza de Madrid el 10 de octubre del mismo año. Reaparece en noviembre de 1922 en el “Toreo” de la Ciudad de México, pero ya muy mermado de facultades.
A los 78 años, Rafael Gómez Ortega, el “Gallo”, dejó de existir el 25 de mayo de 1960.
