DR. ALFONSO GAONA
Una maravillosa temporada la de los “Tres Mosqueteros” y D’Artagnan. Debemos mencionar los nombres de otros jóvenes que destacaron también: Alfredo Leal, Jorge “Ranchero” Aguilar, “Curro” Ortega, Héctor Saucedo, Rafael García, etcétera.
Se lidiaron reses de prestigiadas ganaderías, como San Mateo, Zotoluca, La Pinta, Jesús Cabrera, La Laguna, Tequisquiapan, Coaxamalucan, Matancillas, Pastejé y otras.
El doctor Gaona manejó durante ese periodo los destinos de la Plaza más grande del mundo taurino, terminando dicha gestión el 17 de febrero de 1957 con la despedida de Fermín Rivera, quien alternó con Manuel Capetillo y el torero andaluz Antonio Borrego “Chamaco”, lidiando toros de la ganadería zacatecana de “Torrecilla”.
Posteriormente, sobreviene en la fiesta brava otra larga etapa de crisis. Tras algunos cambios de dirección, el Coso de Insurgentes cierra sus puertas. Después de un receso de tres años, el optometrista volvió a entrar en acción, inaugurando la temporada en la Plaza México el 10 de abril de 1960 con la actuación de Luis Procuna, Rafael Rodríguez y Juan Silveti, con toros de “La Laguna”. Temporada de once corridas, de empezar tardío, pero de gran éxito, en la que concursó y destacó el diestro portugués Manolo Dos Santos.
Durante cinco años funcionó con normalidad la Plaza México, consolidándose como la Catedral Taurina de México.
De 1965, en que se cierra esa etapa empresarial del doctor Alfonso Gaona, sigue una serie de cambios y transformaciones, buscando fórmulas definitivas de encauce para el espectáculo y su organización. La Plaza se cierra (un poco más de un año sin festejos taurinos), cuando en 1977 el destino pone en manos del doctor el timón de nuestra plaza máxima.
Se repite la historia, se procede a un nuevo periodo preparatorio de reorganización, antes de abrir las puertas de la Plaza. Se conciertan los diversos elementos taurinos y las siguientes temporadas son ya de normalidad. Debemos mencionar que se celebró la corrida número 1,000 del torero regiomontano Manolo Martínez, por muchos considerado el ídolo máximo de la Plaza México.
Cuarenta años de historia taurina son una larga etapa cuajada de recuerdos de alternativas de extraordinarios diestros, de emotivas despedidas como “Armillita”, Jesús Solórzano, Fermín Rivera, Carlos Arruza, Manolo Dos Santos, Joselito Huerta, etcétera.
Con altas y bajas (el doctor Alfonso Gaona) permaneció en su puesto haciendo gala siempre de sus dotes de organizador y hombre de empresa. Durante su época, la más larga que haya habido de un empresario taurino en la Capital, contribuyó a que surgieran muchas figuras (entre ellas Valente Arellano), y vio cómo a otros, muchos más, no los dejaron pasar los toros ni el público.
Alfonso Gaona no fue más que un gran empresario, conocedor, humano y entusiasta.
