“EL LOBO PORTUGUÉS”
Uno de los toreros extranjeros de antaño más queridos por la afición taurina de México, sin duda fue Manolo Dos Santos. Extraordinario espada nacido en Golega, Portugal, un 11 de febrero de 1925. Da los primeros pasos de su brillante carrera taurina en su país en 1946, con destacadas actuaciones en Barcelona, siendo apoderado por el conocido taurino don Andrés Gago.
El gran empresario don Antonio Algara emprendió un fabuloso negocio al utilizar la estructura metálica de la vieja Plaza de Toros “El Toreo de la Condesa” para elaborar la que posteriormente sería la Plaza “El Toreo de Cuatro Caminos”. Algara contaba con un gran conocimiento taurino acumulado a lo largo de toda la vida para enfrentarse y competir con la Plaza México (inaugurada el cinco de febrero de 1946), consciente que el Coso de Insurgentes era una plaza mejor situada, de mayor cupo y que presentaba la novedad de contar con butacas en sus primeras filas, respaldos y brazos en los asientos de tendido, y un gran número de localidades generales situadas arriba de los palcos.
Don Antonio Algara contrata a Carlos Arruza como base de su elenco para la temporada de la inauguración del “Toreo de Cuatro Caminos”, situado en el límite del Estado de México y el Distrito Federal, su contrato es por cinco actuaciones. Recordaremos que la corrida inaugural del nuevo “Toreo” fue el 23 de noviembre de 1947, con un cartel que formaron Lorenzo Garza, Luis Castro el “Soldado” y la alternativa de Jorge Medina.
Algara contaba para su temporada con casi todas las grandes figuras de México: Armillita, Garza, Silverio, el Soldado, en ese tiempo estaban las relaciones taurinas hispano-mexicanas y programó la alternativa del joven novillero portugués Manolo Dos Santos.
Esta fue la tercera corrida de la temporada con el siguiente cartel: Fermín Espinoza “Armillita”, Carlos Arruza y el “Lobo Portugués” (Manolo Dos Santos) con una corrida bien puesta de Pastejé. El toro de la ceremonia se llamó “Vanidoso” y el toricantano fue herido en la faena de muleta de ese toro, recibiendo una cornada seca que le partió la femoral, de la cual tardó dos meses en reponerse y por ello solamente actuó en otro festejo.
Al regresar a Europa, Dos Santos renuncia a su alternativa mexicana y torea un buen número de novilladas en España y Portugal, doctorándose nuevamente en Sevilla de manos de Manuel Jiménez “Chicuelo”, con el testimonio de Manuel Álvarez “Andaluz”.
Manolo Dos Santos ha sido el mejor torero que ha dado Portugal. Enrique Guarner en su “Historia del Toreo en México” menciona que su manera de realizar las suertes era de gran suavidad y belleza. Magnífico al interpretar el lance fundamental de la verónica. Variado y alegre en los quites, buen banderillero y excelente muletero, destacándose sus naturales verticales y de gran clasicismo, su único defecto fue la espada y quizá una cierta falta de energía y agresividad, que le impidieron ser el mejor de su época.
