CON CUIDADOS. Todo el personal que se encuentra a cargo del asilo de Lerdo trata de ayudar en lo posible a los ancianitos que lo necesitan.
“No me importaría dormir en un pedazo de sillón con tal de estar con mi familia”, dijo José Benavides” quien lleva más de un año en el asilo de ancianos de Lerdo.
En la búsqueda
José Benavides, de 88 años, está desesperado por encontrar a sus dos hijas, Regina e Irma. Lo último que recuerda de ellas es que una vive en Gómez Palacio, mientras que la otra cerca del Cereso.
Con ojos llenos de lágrimas y una voz entrecortada, José comentó que no le gusta la vida en el asilo y que anhela el cariño de sus familiares.
Dijo que cuando era joven trabajaba en la siembra de maíz y sorgo.
Manifestó que llegó al asilo porque no quiso firmar unos papeles de unos terrenos a la mujer con quien vivía y lo encerraron.
Desolados
Mientras muchas personas de la tercera edad reciben regalos hoy, en su día, otras tienen la esperanza de ser visitadas por un ser querido en el asilo.
Personal del asilo Desarrollo Dorado de Milagro A.C. de Lerdo explicó que la mayoría de los ancianitos que reciben son indigentes que se encuentran los trabajadores del DIF abandonados en la calle o en estaciones de autobuses. Indicaron que por parte de la Procuraduría de la Familia también reciben ancianitos.
En total son 26 viejitos los que se encuentran actualmente en el asilo de Ciudad Lerdo al cuidado de las trabajadoras.