Durango

Acaban con la gallina de los huevos de oro

Si no existe alguna política articulada entre ejidatarios, industriales forestales y Gobierno del Estado, el aprovechamiento económico de este sector continuará desapareciendo.

Si no existe alguna política articulada entre ejidatarios, industriales forestales y Gobierno del Estado, el aprovechamiento económico de este sector continuará desapareciendo.

El Siglo de Durango

“Los ejidatarios de las zonas boscosas de Durango se están acabando la gallina de los huevos de oro y no se han dado cuenta”, dijo Luz Amalia Ibarra, secretaria de Trabajo y Conflictos de la Federación de Estado CROC, quien comentó que adicionalmente a esto ya desde 1985 ha cerrado el 80 por ciento de las empresas forestales al no poder negociar la compra de propiedades y estos tenedores del bosque no han logrado darle sustentabilidad a estas áreas, lo que provocará la desaparición del sector.

El cierre de las empresas forestales desde 1985 se ha debido a la falta de visión empresarial por parte de ejidatarios. Han cerrado grandes industrias, medianas, pequeñas y micros. La huida de los grandes consorcios, en algunos casos extranjeros, que alguna vez le dieron renombre a Durango, fue a causa de que encontraron una difícil relación comercial con los propietarios del ejido, pues éstos ni siquiera respetaban los contratos comerciales que celebraban.

AÑORANZAS

Lo anterior fue dado a conocer por la ex regidora del Ayuntamiento y quien recordó los años mozos con algunas empresas que daban gran movimiento industrial a Durango, por ejemplo Impregnadora Guadiana, Aserraderos del Valle, Aserraderos del Noroeste, Proformex, Maderera Nacional, Productos de Madera del Guadiana, Fumiservicios, Grupo Industrial Guadiana, entre otras. Todas estas empresas han desaparecido.

“Los empresarios negociaban con los ejidatarios y les pagaban por adelantado el consumo de cierta área forestal; sin embargo, si llegaba alguna otra industria con una mejor oferta éstos vendían la misma área que ya habían negociado y no se respetaba nada”, comentó la líder sindical, lo que motivó la huída del capital extranjero.

SOBREVIVIENTES

Las empresas que pudieron sobrevivir a toda esta crisis son contadas y la entrevistada refirió por lo menos a Forestal Alfa, la compañía que hoy se llama Masisa, de capital chileno, y otra más, que son las que se arriesgaron a modernizar su maquinaria; sin embargo, el reto aún está latente, pues cada vez los lugares de extracción de la madera están más lejos y en lugares menos accesibles.

De hecho, los empresarios extranjeros que huyeron de Durango lo dijeron hace casi dos décadas: “Es muy difícil negociar con los ejidatarios de Durango, pero además, esto provoca el encarecimiento del producto en gran medida”, dijo Luz Amalia Ibarra, conforme a los comentarios que alguna vez le hicieron los empresarios extranjeros.

Se han acabado el bosque

Adicionalmente a la falta de respeto de los contratos por parte de ejidatarios con la industria forestal, se suma otra problemática, según Luz Amalia Ibarra Gómez, secretaria de Trabajo y Conflictos de la Federación de Estado de la CROC, que es la falta de sustentabilidad del bosque.

Según la ex funcionaria municipal los ejidatarios sólo han aprendido a talar, pero no a sembrar y cuidar este recurso. Afirmó que el bosque de alguna forma se está acabando y no está siendo cuidado en forma adecuada, pues de cada árbol que se derriba deben sembrarse muchos más, ya que para que puedan recuperarse deben pasar cerca de 20 años.

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