Una manada de novillos y de toros de lidia hirió ayer a cinco personas en el último encierro de San Fermín, pero ninguno fue cornado. Entre los lesionados durante el recorrido de unos 850 metros por calles empedradas entre el corral y la plaza de toros, hubo una persona con una fractura de clavícula. (AP)
A las 12 en punto de la noche, miles de pamploneses y los visitantes que aún quedan en la capital Navarra, dijeron adiós a los Sanfermines.
Con el cántico del “Pobre de mí”, se puso punto final a las Fiestas de San Fermín, que por nueve días llenaron de música, estruendo y baile las calles de la ciudad.
El “Pobre de mí” es un canto de tristeza, en el que los participantes en las fiestas, lamentan que éstas hayan llegado a su fin.
Sin embargo, esta ceremonia de clausura, es también alentadora para todos. La alcaldesa de la ciudad, Yolanda Barcina, emplazó, como es costumbre, a todos los que se dieron cita hoy en la Plaza del Ayuntamiento, a asistir al siguiente “Chupinazo” el 6 de julio de 2009.
“Pamploneses, pamplonesas, se han acabado las fiestas de San Fermín, pero los convoco a estar en este mismo sitio el próximo 6 de julio, porque ya falta menos para que comiencen las fiestas de San Fermín”, arengó Barcina, desde el balcón central del Ayuntamiento.
Según la tradición de las fiestas, a las cero horas del día 15 de julio, las fiestas llegan a su fin, y pamploneses y visitantes se desanudan el “pañuelico” rojo que llevaron al cuello durante todas las fiestas.
Esta prenda, sólo volverá a usarse hasta el próximo 6 de julio del 2009, una vez que den comienzo las siguientes fiestas de San Fermín.
Las familias navarras y visitantes que hoy asistieron al “Pobre de Mí” para decir adiós a los Sanfermines, portaron una vela blanca, y elevaron sus pañuelos rojos, al separarlos de sus cuellos, en señal del término de la fiesta.
Las fiestas terminaron con gran algarabía. Las familias navarras recorrieron las diversas calles del casco antiguo para gozar por última vez de los espectáculos preparados para esta ocasión.
Una vez que cayó la noche, el “toro de fuego” recorrió algunas calles del centro de Pamplona, haciendo un símil del encierro, que durante ocho ocasiones vivió esta ciudad cada mañana.
Los Sanfermines vivieron ayer la última corrida de la Feria del toro. La tarde se la llevó Julián López “El Juli”, quien cortó una oreja a su segundo toro de la ganadería de Núñez del Cuvillo.
No faltaron en este último día de fiesta los fuegos artificiales, que cada noche, brindaron un espectáculo extraordinario para deleitar a todos los sanfermineros.