Se espera que los electores aprueben mañana con facilidad la vigésima Constitución de esta inestable nación andina, expandiendo los poderes al presidente Rafael Correa y le permitiría al beligerante líder izquierdista postularse en dos periodos presidenciales consecutivos más.
Correa se ha dedicado a pintar en tonos lúgubres la historia reciente del Ecuador y relacionarla directamente con el “neoliberalismo”, en contraposición irradia esperanza a sus partidarios con el proyecto de Constitución que mañana será sometido a referendo y le daría oportunidad de reelegirse para dos.
“Esta no es una elección más... es la elección entre en un nuevo modelo de sociedad o lo mismo de siempre: la corrupción, la Ley del más fuerte, el dominio de los grupos que lo han controlado todo... de los dueños del país, la prepotencia de los caciques de siempre, el abuso, la impunidad”, advirtió a sus seguidores en el último mitin para promover la aprobación de la nueva carta magna. El proyecto que redactó una Asamblea Constituyente dominada por una mayoría de aliados del presidente, es “nuestra propuesta revolucionaria para ir hacia un cambio definitivo del Ecuador, cambio en paz, en democracia, pero cambio rápido y cambio profundo”, dijo Correa.
Con su discurso, Correa alienta a los ecuatorianos que hace años se desencantaron con la política.
“A la derecha se le derrumbaron los partidos tradicionales, ahora trata de hacerse pasar por sociedad civil pero en el fondo maneja la misma estructura ideológica”, expresó en entrevista con el canal de televisión Telerama. Señaló que “se derrumbó la partidocracia y nadie quiere hacerse cargo del muerto”.
Varias encuestas de opinión recientes coinciden en que goza de un respaldo que ronda el 70% de la población y las estadísticas también vaticinan que el proyecto de Constitución será avalado por una mayoría de votantes.
