Los legisladores dijeron que le presentarán sus observaciones al gobierno del presidente George W. Bush. (AP)
Advertidos sobre las consecuencias funestas de una posible ola de pánico por la situación económica, líderes republicanos y demócratas del Congreso informaron hoy haber alcanzado un acuerdo en principio en torno a un plan de 700 mil millones de dólares para el rescate del sector financiero.
Los legisladores dijeron que le presentarán sus observaciones al gobierno del presidente George W. Bush con la esperanza de que puedan someterlo a una votación plenaria en unos cuantos días más.
"Estamos muy confiados en que podremos actuar eficazmente", declaró a los reporteros el senador demócrata Chris Dodd tras salir de una sesión de negociación de dos horas. Dodd encabeza la Comisión Bancaria del Senado.
El senador republicano Bob Bennett agregó: "Ahora de hecho espero que tendremos un plan que pueda ser aprobado por la Cámara de Representantes, que pase al Senado (y) sea firmado por el presidente".
Se informó del acuerdo bipartidista sobre la dirección general del proyecto de legislación apenas unas horas antes de que el Bush se reúna con los contendientes presidenciales Barack Obama y John McCain y con los líderes del Congreso en la Casa Blanca para hablar sobre cómo vencer los obstáculos que enfrenta el impopular plan de rescate.
En Wall Street, el índice industrial Dow Jones subía más de 300 unidades por el optimismo acerca del acuerdo.
Los legisladores clave dijeron al mediodía que en realidad quedan pocas dificultades para que avance el plan entre el Congreso, pero no se divulgaron de inmediato los detalles de su acuerdo.
"Realmente no hay mucho estancamiento qué romper", afirmó el representante demócrata Barney Frank, presidente de la Comisión de Servicios Financieros de la Cámara de Representantes.
La parte fundamental del plan consistiría en que el gobierno adquiera los bienes incobrables de las empresas financieras en apuros para evitar su quiebra, impidiendo con ello la potencialidad de una recesión grave.
No quedó claro todavía cómo fue que los legisladores habían resuelto sus diferencias sobre cómo escalonar el enorme costo del proyecto, una medida exigida tanto por demócratas como por algunos republicanos que quieren un control más fuerte del Congreso sobre el proyecto.
Un plan que busca permitir que el gobierno tome una participación de la propiedad en las compañías con problemas como parte del rescate, en lugar de simplemente comprar los adeudos incobrables, también era un tema de negociación intensa.
Bush reconoció el miércoles por la anoche en una alocución transmitida en directo por televisión a todo el país que el plan de rescate "será una votación difícil" para los legisladores.
Sin embargo, el mandatario advirtió que si no es aprobado el plan, las consecuencias serán funestas para la economía y la mayor parte de los estadounidenses.
Algunos legisladores de ambos partidos se habían opuesto enconadamente al plan de rescate en los últimos dos días.
Los republicanos se quejan de la intervención federal en la empresa privada y los demócratas insisten en incluir más condiciones además de insistir en que sean ayudados los propietarios de viviendas en apuros.