La ministra francesa Christine Legarde, señaló que 'no toleraremos un Lehman Brothers europeo'.
Los ministros de Finanzas de los 27 países miembros de la Unión Europea (UE), en una desesperada carrera contrarreloj para recuperar la confianza de la población y evitar el colapso del sistema financiero europeo, acordaron ayer en Luxemburgo sendas medidas que pueden ayudar para que la tranquilidad regrese a los mercados y evitar que los europeos retiren sus ahorros de los bancos.
Después de una larga negociación y en medio de un sombrío panorama, que incluso alcanzó a la lejana isla de Islandia, los ministros acordaron incrementar la cantidad mínima de depósitos en caso de quiebra de 20,000 a 50,000 euros, aunque la idea inicial era elevar la cantidad mínima hasta 100,000 euros.
El acuerdo, que será vigente durante un año, deberá ser aprobado por cada estado miembro de la Unión Europea, un procedimiento que puede demorar su entrada en vigor, ya que varios países dejaron constancia que sus respectivas realidades económicas no le permitían asegurar la cantidad mínima aprobada.
El incremento de la garantía fue aprobado por los 27 ministros para evitar que los ahorradores europeos retiren masivamente su dinero de los bancos y también para intentar poner orden en el seno de la UE, que fue sacudida por una serie de acciones unilaterales que pusieron en duda la unidad europea, como fue el caso de Irlanda, que decidió aprobar un paquete de ayuda de 400 mil millones de euros para garantizar la solvencia de los seis principales bancos del país.
La acción unilateral de Irlanda provocó un peligroso efecto dominó en el seno de la UE, donde varios miembros imitaron el ejemplo de Dublín, una reacción que pudo hacer estallar por los aires las bases de la UE, que fueron definidas hace 51 años en Roma, cuando los líderes de siete naciones se comprometieron a estrechar los relaciones entre los respectivos países.
Confrontados a la peor crisis que vive Europa desde el nacimiento del euro, prometieron que impedirán la quiebra de los grandes bancos en los respectivos países comunitarios. En un guiño dirigido a la población, los ministros pactaron limitar las indominaciones que cobren los ejecutivos despedidos y obligar a los accionistas a que carguen con las consecuencias de una intervención.
“No toleraremos un Lehman Brothers europeo”, afirmó Christine Legarde, la ministra de Finanzas de Francia y anfitriona de la reunión, al recordar que la quiebra del banco de inversiones estadounidense fue el detonante del agravamiento de la crisis que sacude actualmente al mundo.
Los acuerdos alcanzados en Luxemburgo son menos ambiciosos de lo que se esperaba, pero ponen fin a una inquietante parálisis de la UE que nació hace 18 meses, cuando se inició la crisis de las “hipotecas basuras” en Estados Unidos.
Europa nunca actuó para impedir la catástrofe, un pecado que ahora le arrebató la iniciativa para actuar con determinación y unidad.
Costará crisis mil 400 millones de dólares
El Fondo Monetario Internacional (FMI) advirtió que el costo de la crisis financiera en Estados Unidos asciende a mil 400 millones de dólares.
Dijo que el estado del sistema financiero mundial ha empeorado y amenaza con agravar la recesión económica global.
En su reporte de Estabilidad Financiera Global, añadió que los mercados financieros del mundo siguen enfrentando una creciente inestabilidad, por lo que resultan urgentes las medidas de política financiera internacional colectivas y coherentes que permitan restablecer la confianza en el sistema financiero global. Por lo pronto, añadió, será necesario continuar inyectando liquidez a los mercados.
El FMI hizo un sombrío análisis del impacto de la crisis financiera ocurrida en septiembre. Reconoció que las condiciones monetarias y financieras se han vuelto aún más restrictivas, la disposición a asumir riesgos es menor y los riesgos macroeconómicos, de crédito de mercado, de liquidez y de los mercados emergentes han aumentado.
El capítulo 4 del documento advierte que si bien los mercados emergentes de varios países no han sido los más afectados por la crisis, las vulnerabilidades de registrar efectos negativos no deberían ser subestimadas. En el caso de América Latina destacó que una política monetaria agresiva ha sido eficaz en contener la inflación, pero la caída de los precios de algunos productos ha levantado preocupación sobre la capacidad de la región para resistir una desaceleración global.
El organismo advirtió que el sector bancario requerirá de aproximadamente 675 mil millones de dólares para mantener el crecimiento del crédito del sector y alertó que la crisis se profundizará porque las tasas de suspensiones de pago aún no han tocado fondo.
Jaime Caruana, director del Departamento de Mercados Monetarios y de Capital del FMI, dijo que la situación del sistema financiero ha empeorado y los márgenes y precios de algunos instrumentos se han deteriorado provocando mayores pérdidas en los mercados.
Añadió que lo importante no es la pérdida de los mil 400 millones de dólares a consecuencia de la crisis financiera, sino el impacto en el crecimiento del crédito y el estado de la economía. “Hay un efecto de arrastre en todas las economías”.