Podrían pasar hasta 42 años de cárcel en EU los ocho implicados en tráfico humano.
Seis miembros de una familia hispana de Immokalee (Florida) fueron acusados de esclavizar a inmigrantes mexicanos y guatemaltecos para obligarlos a trabajar en labores agrícolas, informaron las autoridades estadounidenses.
Cesar, Geovanni, Jose, Villhina, Ismael y Michael Navarrete y Antonia Zúñiga Vargas están acusados de mantener inmigrantes indocumentados para beneficio comercial, fraude de documentos y robo de identidad.
El anuncio lo hizo la fiscal general asistente de la división de Derechos Civiles Grace Chung Becker junto a la directora del Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE), Julie L. Myers, y el fiscal federal para el distrito medio de Florida Robert E. O’Neill, según un comunicado del ICE.
César Navarrete y Geovanni Navarrete -de acuerdo con las autoridades- golpeaban, amenazaban y encerraban a los trabajadores en camiones para obligarlos a trabajar en el campo.
Las autoridades no precisaron la nacionalidad de los acusados. Asimismo, se les acusa de pagar bajos salarios a los trabajadores, imponerles deudas y maltratarlos físicamente si dejaban su trabajo antes de cancelar las deudas contraídas.
Cesar Navarrete también fue acusado de reingresar a EU luego de haber sido convicto de un delito grave y deportado.
José Navarrete e Ismael Michael Navarrete también afrentan cargos por haber ingresado al país luego de su deportación.
De ser encontrados culpables, Geovanni y César Navarrete afrontan condenas de más de 200 años de prisión cada uno.
Antonia Zúñiga Vargas y Villhina Navarette afrentan sentencias de 40 años, mientras que José y Michael Navarette pudieran pasar 42 años en la cárcel.
El tráfico humano se ha convertido en una prioridad del Departamento de Justicia y en los últimos siete años la división de Derechos Civiles junto al fiscal de EU han aumentado el número de casos de tráfico humano procesados judicialmente.
Culpan a niñera hispana de muerte de bebé
Las autoridades de Connecticut acusaron a una niñera de origen hispano de provocar la muerte de un niño de 19 meses, que según la Policía resultó herido fatalmente cuando ella jugaba con él.
Mientras la niñera Yalines Torres escuchaba en el Tribunal los cargos que enfrenta, la madre del niño lo enterraba.
De acuerdo con la Policía, cuando Torres balanceaba al pequeño en una bolsa de dormir, la cabeza del bebé chocó contra el marco de una puerta.
El juez Carl Taylor fijó una fianza de un millón de dólares para que la niñera pueda ser liberada, y dijo que deberá permanecer bajo vigilancia en la cárcel por si intenta suicidarse. Torres, de 25 años, no habló durante la audiencia, pero se emocionó y debió sentarse.
Su abogada, Claudia Jones, se negó a efectuar declaraciones después de la audiencia. Una amiga de la familia, Mayra Velazquez, manifestó que no creía que Torres fuera culpable.
“Ella es una buena madre”, expresó Velázquez. “Ella cuida a sus niños”.
Torres cuidaba al pequeño Elijah Gasque el viernes mientras su madre trabajaba. De acuerdo con un informe policial, Torres le dijo a la madre del menor, Julie Adkins-Gasque, que el niño perdió el conocimiento y se cayó mientras jugaban a las rondas.
Un informe policial indicó que el niño tenía fractura de cráneo y derrame cerebral. La oficina del médico forense caratuló la muerte como homicidio.
