Ilustración de Shirley Henderson de los ex comandantes de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) Ramiro Vanoy Ramirez (izq.) y Javier Zuliaga Lindo (der.) quienes se presentaron hoy, 14 de mayo de 2008, por primera vez a un tribunal de Miami donde afrontan cargos de tráfico de drogas y lavado de dinero. (EFE)
Los 14 paramilitares colombianos extraditados a Estados Unidos comenzaron el miércoles a comparecer ante tribunales federales, donde enfrentan acusaciones de narcotráfico que podrían mantenerlos presos durante años.
Sin embargo, no podrán ser condenados a cadena perpetua debido al acuerdo de extradición sellado entre los gobiernos de Colombia y Estados Unidos.
En Miami, Ramiro Vanoy Murillo y Francisco Zuluaga Lindo se presentaron ante el juez William Turnoff, que les notificó cuáles son las acusaciones por presunto narcotráfico que enfrentan y les fijó una nueva audiencia para el 4 de junio.
Vestidos con pantalón y camisa de color marrón claro y con grilletes en las muñecas y los tobillos, Vanoy Murillo y Zuluaga Lindo sólo se identificaron con nombre y apellido ante el juez y le dijeron su edad. Ninguno de los dos paramilitares colombianos presentó sus alegatos en la audiencia preliminar.
Los fiscales y el abogado defensor de los colombianos, Dennis Urbano, le informaron al magistrado que habían acordado que Vanoy Murillo, de 60 años, y Zuluaga Lindo, de 38, permanezcan detenidos sin derecho a fianza mientras esperan el inicio del juicio por acusaciones relacionadas con el narcotráfico.
Ambos continuarán presos en una cárcel federal del centro de Miami.
De acuerdo con información judicial, Vanoy Murillo y Zuluaga Lindo fueron acusados en 1999 de tráfico de cocaína en un caso en el que la mayoría de las 33 personas que enfrentaban cargos ya fueron condenadas. El caso, no obstante, permanece abierto.
Vanoy Murillo y Zuluaga Lindo forman parte del grupo de 14 miembros de las Autodefensas Unidas de Colombia extraditados el martes a Estados Unidos para que enfrenten cargos de narcotráfico. Los 12 restantes comparecerán ante los jueces federales de los distritos en los que enfrentan acusaciones, que además de la Florida incluyen a Washington, Nueva York y Texas, informó el Departamento de Justicia.
Durante la breve audiencia judicial, Vanoy Murillo y Zuluaga Lindo se mostraron relajados y sonrientes, y conversaron entre ellos antes de que comenzara el procedimiento judicial. El magistrado los llamó a ambos al estrado y les dijo que tenían derecho de contratar un abogado o de lo contrario a pedir un defensor público, y les advirtió que cualquier declaración que efectuaran podía ser utilizada en su contra.
De inmediato les notificó que estaban en el tribunal por un caso pendiente de 1999 relacionado con la violación de normativas federales por presunto narcotráfico.
Junto a ellos se ubicó Urbano, que se presentó ante el juez Turnoff como el abogado temporal de ambos, mientras el Departamento del Tesoro emite una autorización que le permita recibir dinero de los dos paramilitares federales como pago de sus aranceles. El gobierno estadounidense debe antes estar seguro de que ese dinero no provenga del narcotráfico.
El juez había fijado la próxima audiencia judicial para el 29 de mayo, pero accedió aplazarla hasta el 4 de junio a pedido de Urbano.
Al salir del tribunal, el abogado dijo a la prensa que todavía no ha podido hablar con sus defendidos ni con los fiscales, por lo que aún no ha determinado la estrategia de la defensa. Se negó, asimismo, a decir cómo se había puesto en contacto con los paramilitares colombianos para representarlos ante la justicia.
Los paramilitares fueron extraditados a pedido de Estados Unidos para juzgarlos en casos de narcotráfico e importación de cocaína. Además, ante la debilidad del sistema judicial colombiano, ambos países han acordado que casos relevantes como el de estos paramilitares sean juzgados en Estados Unidos, cuyos tribunales son considerados más fuertes e incorruptibles.
En Colombia, permanecían encarcelados y prestaban testimonios sobre violaciones a los derechos humanos.
El operativo de extradición fue aplaudido en Washington, pero fuertemente criticado por grupos de activistas y familiares de las víctimas de esos grupos armados en Bogotá.
Entre los cargos que enfrenta el resto de los paramilitares que serán juzgados en Estados Unidos, están también el de posesión, fabricación o distribución de cocaína, y el de suministrar material de apoyo a organizaciones terroristas y lavado de dinero.
Dos de los jefes más reconocidos y activos de los paramilitares, Salvatore Mancuso y Diego Murillo, alias "Don Berna", figuran entre los extraditados. Mancuso será juzgado en Washington, mientras que Murillo lo será en Nueva York.