El Ejecutivo de Zimbabwe acusó ayer al Reino Unido de usar la epidemia de cólera que ha causado casi 600 víctimas mortales en este país africano para conseguir el apoyo de las naciones occidentales y poder invadirlo, informa el periódico gubernamental “The Sunday Mail”.
Según el portavoz del presidente de Zimbabwe, George Charamba, el primer ministro británico, Gordon Brown, al que califica de “loco”, “está pidiendo una invasión de Zimbabwe”.
Las declaraciones de Charamba se producen después de que Brown instara ayer a los países del mundo a unirse para decir “basta” al presidente de Zimbabwe, Robert Mugabe, pues la crisis en esa nación africana, que ha empeorado en las últimas semanas por la epidemia de cólera, “es internacional porque las enfermedades cruzan fronteras”.
Sin embargo, Mugabe ha culpado constantemente a los Estados occidentales, y en especial al Reino Unido, de la crítica situación en la que se encuentra Zimbabwe, por el sabotaje y las sanciones que Londres ha impuesto sobre el país.
Por su parte, el principal partido de la oposición, el Movimiento para el Cambio Democrático (MDC), tachó las acusaciones del Gobierno de Zimbabwe contra Brown de “alucinaciones”.
Para el portavoz del MDC, Nelson Chamisa, denunciar que Brown intenta invadir el país pone de relieve la catástrofe a la que se enfrentan los zimbabwenses.
Chamisa declaró que “lo trágico de la situación es que Mugabe no ve más que sombras y está intentando luchar contra esas sombras”.
“Parece que esta gente (del Gobierno) vive en otro planeta: ven lo que otros no ven, oyen lo que otros no oyen y hablan un idioma que nadie más entiende”, sentenció Chamisa, quien aclaró que el enemigo no son los países occidentales, sino la epidemia de cólera causada por la falta de capacidad y de higiene.
Zimbabwe se enfrenta a un grave brote de cólera que afecta a la población desde octubre pasado.
Según las últimas cifras que ha publicado la ONU, casi 600 personas han muerto a causa de la epidemia y otras 14 mil se han visto afectadas.
El cólera comenzó a manifestarse en Harare, pero se ha extendido por todo Zimbabue, mientras que las principales ciudades del país se enfrentan a una importante falta de agua, causada por la incapacidad del Gobierno para hacerse con productos químicos para potabilizarla y por defectos en el mantenimiento de las depuradoras.
