Patricia García impartiendo sus clases de braille ante sus alumnos en DIF Compresora.
A pesar de los esfuerzos para promover una cultura de respeto a los derechos de las personas con discapacidad, la discriminación continúa afectando al 95 por ciento de este grupo de población. Pero Paty no se ha dejado vencer y ha logrado encontrar ayuda para salir adelante.
Pese a los enormes esfuerzos que se han realizado para fomentar una cultura de respeto a los derechos de las personas con discapacidad, se considera que un 95 por ciento de este grupo vulnerable padece de la discriminación de la propia sociedad a la que pertenece.
De acuerdo con números de la Comisión Municipal Coordinadora para el Desarrollo y la Integración Social de Personas con Discapacidad de Gómez Palacio, la discriminación es en todos los aspectos: intelectual, laboral y social.
Patricia García jamás ha visto su rostro en un espejo. Es ciega de nacimiento. Sin embargo, su condición no ha sido una limitante para realizarse como profesionista y mucho menos como ama de casa.
Más que enfrentarse a la falta de una infraestructura adecuada a las personas con discapacidad en la ciudad, Patricia debe luchar contra la falta de cultura de respeto de la mayoría de las personas. “La gente es la que no está preparada, te ven como algo extraño, te ven con recelo, incluso hasta te ven con miedo”.
Cuenta que, generalmente debe trasladarse de un lugar a otro en taxi y en ocasiones en camión. “He tenido experiencias muy fuertes. Yo me manejo mucho en taxi, entonces los choferes dicen, es que no debería de salir de su casa, porque en ocasiones me preguntan que por dónde se van y les digo es que no veo, ah, entonces no deberías de salir de casa, me dicen… he pasado por cosas muy humillantes, pero también me he topado con gente muy dispuesta a ayudar”.
Y Paty ha encontrado en el sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) de Torreón ese apoyo. Platica que a los tres meses de gestación, su madre enfermó de rubéola. Aunque entonces la Iglesia le permitió el abortó, ella jamás aceptó, “mi mamá decidió tomar el reto con mi padre”, dice.
Y es que, al contraer la enfermedad durante las primeras semanas de embarazo, puede provocar la aparición de defectos congénitos en el bebé, tales como: pérdida de visión y ceguera, pérdida de audición, patologías cardiacas, retraso y parálisis cerebral o dificultades a la hora de empezar a caminar.
Sus padres jamás se dieron por vencidos. “Dejaron su ciudad, se fueron de Torreón para ir a México para que yo me pudiera rehabilitar, para hacerme la lucha, para que pudiera capacitarme intelectualmente”, cuenta.
Su paso por los quirófanos comenzó a los dos meses de nacida. “Tengo glaucoma congénito, por eso nací sin ver nada… en un tiempo logré ver sólo un tres por ciento, pero sólo sombras”, dice.
Hasta el momento, “Paty” ha contabilizado 30 operaciones en sus ojos, pero los resultados no han sido los esperados; su condición visual es la misma desde pequeña.
“Yo soy de las personas que piensan que la base de todo, de tu posibilidad de vida, es la familia, yo tuve una familia que me ayudó muchísimo, lamentablemente mis dos únicos hermanos que me quedan, estamos lejos por necesidad, no por falta de amor”, dice.
Gracias a este apoyo, “Paty” García ahora cuenta con una licenciatura en Educación y una maestría en Español. Actualmente se desempeña como maestra de braille (método de lectura y escritura táctil) y artes plásticas en el DIF Compresora.
ENFRENTAR LA REALIDAD
Para evitar la discriminación, Francisco José de Urrutia Fernández, jefe del Programa de Vida Independiente del DIF Torreón, asegura que es necesario que los “tullidos”, como él llama a las personas con discapacidad, salgan y se enfrenten a su realidad.
“Yo una cosa de que me quejo y les reclamo a los mismos tullidos, así les digo a los que estamos en sillas, que si no salen a la calle, no habrá cultura, porque la gente piensa que no hay, por ejemplo traen prisa, y se estacionan en lugares para discapacitados diciendo, es que estoy viejita, bueno, pues que pongan un lugar para viejitos”, explica “Pepe”, como lo llaman en el DIF.
Para “Pepe”, el reglamento para la Atención de Personas con Capacidades Diferentes de Torreón, aprobado en el 2004, es “letra muerta”, “vienen las multas para quienes no respeten, todo muy maravilloso pero es letra muerta, porque nada de eso se aplica, nada”, dice.
Comenta que si multaran a quienes en verdad no respetaran los señalamientos que vienen en el Reglamento, todos lo acatarían, “como fue el uso del cinturón”.
Pero para lograrlo, una vez más, invita a las personas con discapacidad, a salir a la calle, para que la gente se dé cuenta de que existen. “Si empezamos nosotros a salir, nos vamos ganando el derecho a pulso, tenemos que poner gorro, porque si nada más salgo yo, dirán ‘mira este loco’”, comenta De Urrutia Fernández.
COMPASIÓN NO, CONCIENCIA SÍ
Para el responsable de la Comisión Municipal Coordinadora para el Desarrollo y la Integración Social de Personas con Discapacidad de Gómez Palacio, Sergio Medina Romero, es de vital importancia que antes de generar una cultura de respeto a los discapacitados, la sociedad tome en cuenta que día con día, todas las personas “nos enfrentamos a la posibilidad de perder alguna de nuestras capacidades, físicas o mentales”.
En ese sentido, refirió que cotidianamente ocurren accidentes o situaciones que “pueden dejarnos marcados para toda la vida”, en función de lo cual es necesario fomentar esa conciencia colectiva para después, dar paso al respeto de los discapacitados como integrantes de la sociedad.
Según señala, se considera que en todo el mundo existen alrededor de 650 millones de personas con alguna discapacidad; en México, el diez por ciento de la población integra este sector vulnerable, de los cuales unos 265 mil quedan con alguna discapacidad permanente por enfermedad o accidente, así como por males de tipo congénito como distrofia muscular, como uno de los más comunes.
En el estado de Durango, existen alrededor de 52 mil discapacitados, de cuyo universo cerca de diez mil radican en este municipio.
Para Medina Romero, uno de los principales logros ha sido la creación de la propia dependencia a su cargo, pues hasta entonces no había una instancia de Gobierno que se encargara de atender las gestiones de este grupo, así como de proporcionarles servicios como gestión de fuentes de empleo o apoyos materiales.
En ese sentido, Medina refiere que más que promover la compasión social, se trabaja para que los discapacitados desarrollen la conciencia de sentirse útiles para sí mismos y sus familias, de manera que dejen de depender de éstas e incluso, se conviertan en los principales proveedores, tanto en lo económico como moral de quienes les rodean.
Otro de los avances es la creación del Reglamento Municipal para la Integración Social de Personas con Discapacidad, el que surgió a partir de la Ley Estatal y que tiene por objeto establecer medidas y acciones que contribuyan al desarrollo de las personas con discapacidad, además de coadyuvar a que éstas gocen de igualdad de oportunidades y determinar las facilidades que se les otorgarán para apoyar su integración a la vida social.
En ese sentido, Medina señala que se está tratando de hacer valer dicho reglamento, primero concientizando a la población sobre su existencia y la necesidad de que colaboren con estas medidas.
UNA OPORTUNIDAD
Patricia García pide “que nos den la oportunidad y se la den ellos de conocernos, a veces nosotros tenemos mucho qué dar, Y también tenemos necesidades que ellos las pueden llenar, pero más que nada que no se les olvide que ahorita estamos bien y un accidente, una enfermedad o algo nos puede nos dejar en peor situación”.
Y a las autoridades exige: “que pongan los avisos, tanto de los edificios como en las calles, en braille, pues vas sola y te pierdes; que hagan una campaña referente al bastón blanco, el bastón es el que usamos para guiarnos, para que nos respeten y sobre todo para que nos conozcan”.
Por su parte “Pepe” de Urrutia dice: “pues que salgan y hagan ruido porque si no lo hacen, nadie te escuchará… y estando en casa pues ahí están bien, que ‘monos’”.
Acceso a fuentes de empleo
El diputado Julio Castañeda Castañeda del Congreso de Durango promueve una iniciativa para hacer efectiva la obligatoriedad de que al menos un dos por ciento de la planta laboral en empresas y dependencias de Gobierno, esté conformada por personas con alguna discapacidad.
En ese sentido, señaló que la propuesta ya se hizo ante el Congreso local y se está a la espera de que la comisión de Trabajo, Previsión y Seguridad Social la tome en cuenta.
La idea es que en la entidad de Durango se haga efectiva la Ley Federal de Trabajo que establece dicho porcentaje como mínimo, con lo cual se garantizaría el acceso a fuentes de empleo de quienes integran este sector vulnerable de la población. (Por M. E. Holguín)
Según el INEGI
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), una persona con discapacidad “es aquella que presenta una limitación física o mental de manera permanente o por más de seis meses que le impide desarrollar sus actividades en forma que se considera normal para un ser humano”. Según el XII Censo General de Población y Vivienda 2000, a nivel nacional las personas con algún tipo de discapacidad eran de 1 millón 795 mil, lo que representa 1.8% de la población total.
Reglamento
En Gómez Palacio, estas son algunas de las disposiciones legales en relación a personas
con discapacidad:
■ Las personas con discapacidad deberán estar integradas al sistema educativo regular, recibiendo apoyo a través de programas establecidos por el Municipio.
■ Las instituciones de apoyo deberán brindar cursos de adiestramiento en el manejo de sillas de ruedas, conducción de vehículos automotores adaptados, lecto escrituras en sistema braille, entre otros.
■ El Ayuntamiento deberá crear centros especiales de empleo que proporcionen a los discapacitados un empleo remunerado, aunque éstos también podrán ser creados por organismos privados.
■ También deberá contemplar entre sus programas de obra pública y desarrollo urbano, facilidades arquitectónicas de tránsito, libre acceso, desplazamiento, uso seguro y señalización, acorde a las necesidades de las personas con discapacidad.
■ Deberán adecuarse elementos viales como aceras y banquetas, coladeras o bocas de alcantarillas, estacionamientos, escaleras y puentes peatonales, teléfonos públicos, tensores para postes, buzones postales y cualquier objeto que dificulte o impida el libre tránsito.
FUENTE: Reglamento Municipal para la Integración Social de Personas con Discapacidad
