EDITORIAL Caricatura editorial columnas editorial

Adiós, Iniciativa Mérida

EL COMENTARIO DE HOY

Francisco Amparán

La mentada Iniciativa Mérida (que los yucatecos siguen muy enojados porque la bautizaron así sin su permiso) parece haber cumplido su ciclo aun antes de haber sido desempacada. Y es que hubo muchas torpezas, especialmente desde el lado norteamericano, como para que funcionara ese plan supuestamente integral de combate al narcotráfico.

Empezando por que los montos se fueron reduciendo como si el dinero hubiera caído en manos de líder sindical petrolero. Lo que se suponía era un paquetazo para equipar policías, comprar helicópteros y adquirir tecnología de punta, se fue reduciendo hasta quedar en ridículos 300 millones de dólares. Sí, quizá a usted no le parezcan tan ridículos. Pero los narcos sacan eso con menos de dos toneladas de cocaína, y todavía les sobra para los chuchulucos. Ustedes dirán lo mucho que iban a servir.

Por otro lado, el Senado norteamericano se empezó a poner sus moños, y a crear candados que sí, suenan muy bien, pero que deberían saber cómo le caen a su vecino el puercoespín. Y es que ya era como para que supieran que cualquier cosa que suena a certificación, a que se arrogan el derecho de ponernos tacha o palomita, eso nos cae como patada en el estómago. Y ése fue el error que cometió el Senado norteamericano. Por ejemplo, demandaba que los militares mexicanos sospechosos de violaciones a derechos humanos fueran juzgados por tribunales civiles. ¿Y quién iba a determinar eso? ¿Ellos? Ahora sí que nada más eso nos faltaba.

Además de que no había reciprocidad. La mentada Iniciativa Mérida no ataca la raíz del problema, que es el consumo, la demanda. Y ésa está fundamentalmente al Norte del Río Bravo. Pero allá nadie quiere molestar a una sociedad permisiva y libertina, que disfruta horrores metiéndose cuanta sustancia alteradora de la conciencia conoce. No, mejor que sean los prietitos los que libren la guerra allá abajo.

Que fue contra lo que tronó el presidente Felip Calderón. El argumento puede resumirse en “ellos ponen sus adictos, nosotros nuestros muertos”. Y en cierta forma tiene razón. ¿Cuándo se enteran de que allá ocurran grandes decomisos, sean capturados grandes narcos? ¿O qué, no hay? ¿Y entonces por qué Nueva York está inundada de polvo blanco? A propósito, ¿cómo llegó ahí? Porque si entró por Ciudad Juárez, en el trayecto a conocer la Estatua de la Libertad una bolsa de droga atraviesa, a ojo de buen cubero, unos doce estados. ¿Y en el camino no hay un solo policía, juez, gobernador corrupto? ¡Válgame!

Con otra: agarre usted, amigo, una cinta métrica y un globo terráqueo. Mida la distancia entre Medellín y Ciudad Juárez; y luego mida la que hay entre Juárez y Nueva York. Y verá que la droga recorre más distancia por territorio americano que fuera de él. ¿Quién es, pues, el responsable?

Así pues, como que hay que decirle adiós a la Iniciativa Mérida. Quizá sea para mejor.

Leer más de EDITORIAL

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de EDITORIAL

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 355702

elsiglo.mx