El defensa marfileño Yayá Touré, reconoció que luego del "paseo" y goleada 4-1 que le propinó Real Madrid a Barcelona en el estadio Santiago Bernabéu, sintió humillación y ridículo, aunque piensa en el futuro y lo ve con optimismo.
"Tuve todo tipo de sensaciones, humillación y ridículo, entre otras. Ellos (Real Madrid) jugaron muy bien y fueron superiores a nosotros. También fue un partido difícil para (el técnico holandés Frank) Rijkaard.
Fue uno de los partidos en el que le he visto más disgustado", reconoció Touré sobre el "clásico".
Así, el jugador, quien cumple su primera temporada con el conjunto blaugrana, dijo sentirse decepcionado, al igual que sus compañeros, por la pésima campaña que está a punto de culminar, aunque tiene sed de revancha para la próxima campaña.
"Ha sido una temporada muy difícil pero tenemos que mirar hacia el futuro con optimismo. Es preciso buscar soluciones, hablar entre todos y evitar que se repitan los mismos errores", sentenció el africano.
Tras señalar que algunos errores de la plantilla y lesiones de algunos jugadores pudieron afectar el rendimiento del equipo, dejó en claro que nunca hubo falta de actitud, aunque "ha sido una temporada difícil que yo calificaría como mediocre".
Por otra parte, el cuadro culé, abucheado a su regreso a Barcelona tras disputar el clásico, volvió hoy a los entrenamientos, a puerta cerrada en el Miniestadi, y con 10 ausencias, la mayoría por lesión.
El mexicano Rafael Márquez, con tendinitis en el pie izquierdo, fue uno de los jugadores que se ausentaron, al igual que Víctor Valdés, el francés Thierry Henry, el islandés Eidur Gudjohnsen, el brasileño Sylvio Mendes "Sylvinho", y Santi Ezquerro, éste con permiso del club.
Albert Jorquera, el argentino Gabriel Milito, Andrés Iniesta y el amazónico Ronaldinho Gaúcho, todos lesionados, tampoco se han ejercitado.
La de hoy fue la primera de tres sesiones a puerta cerrada, con la mira puesta en el choque ante Mallorca. Este día, los titulares la víspera realizaron trabajo de recuperación.