La señora Alicia Corona vende sus productos en el Monumento a la Revolución. (El Universal)
Alicia Corona le hace honor a su apellido y elabora adornos para los niños que esperan la llegada de los Reyes Magos.
Sentada en el piso o en cuclillas, Alicia Corona le hace honor a su apellido al elaborar adornos sencillos, pero llamativos para las cabezas de los niños que con ansia esperan la llegada de los Reyes Magos el próximo 6 de enero.
Recortar cartón en distintas figuras, pegarle papel holográfico de colores vistosos, luego fieltro, pegamento, lentejuela y diamantina, en ese orden, es el proceso con el que se gana la vida desde hace 40 años.
“Empecé a hacer coronas y demás figuritas de cartón cuando tenía 15 años. Mi mamá me enseñó, nos salíamos a vender a las ferias”, contó la mujer de cabello canoso mientras echaba diamantina a unas letras de pegamento líquido que decían Reyes Magos, Gaspar, Melchor o Baltazar.
Con su puesto ambulante frente al Monumento a la Revolución, esta comerciante oriunda de San Martín Texmelucan, Puebla, viene al Centro de la ciudad cada año para la romería navideña.
“Hacemos gorritos, coronitas de princesa, antenitas, varitas mágicas, globos. Antes hacíamos sombreros de brujita, pero no se vendían, así que vamos renovando el material”, dijo.
Desafortunadamente, dijo, es lo único que se puede cambiar, pues si de precio se trata, la economía no lo permite. “Desde hace tres años vendemos las coronitas de Reyes Magos a 10 pesos, si le subimos a 15, la gente ya no las compra”.
Con este oficio, humilde, pero cumplidor de fantasías infantiles, Alicia logró sacar adelante a sus cinco hijos. “Con lo que salía los mandaba a la escuela”. Juan, uno de ellos, le aprendió las habilidades manuales y la ha seguido en el negocio. “Desde chico me llevaba a vender y ahí me seguí”, contó mientras escribía con pegamento el nombre de una pequeña.
Ahora hasta sus nietas, Estrella y Valeria, a quienes llama “herederas del negocio”, le ayudan a llamar a la clientela: “A diez, a diez”.
Mientras pasa la romería en el centro del DF, Alicia y su familia se quedan en un cuarto de hotel con doble cama. Los gastos apenas salen “para irla pasando” y librar los 150 pesos que la delegación Cuauhtémoc les cobró por el permiso del 25 de diciembre al 5 de enero.
Cuando esto termine, comenzarán a preparar mercancía para el carnaval de febrero en Veracruz y el de primavera en marzo. Ya para el 15 de septiembre otra vez en el DF tendrán tiempo de hacer banderitas y diademas tricolores.