Durante la participación de Bill Clinton en la Conferencia Internacional sobre el Sida, un grupo de activistas pidió ayuda para los enfermos que no tienen hogar. (Agencia Reforma)
Pide el ex presidente precios accesibles de medicamentos, más personal y centros de salud.
Bill Clinton, ex presidente de Estados Unidos, reconoció que se requiere de una evaluación de lo que se está haciendo en torno al VIH-Sida, para conocer si el dinero obtenido está salvando vidas. Y fijó tres desafíos en torno al VIH-Sida: precios accesibles de medicamentos, más personal de salud que atienda a los pacientes y centros de salud, así como eliminar la discriminación.
Al participar en la 17 Conferencia Internacional sobre el VIH-Sida, el ex presidente que tiene una Fundación que lleva su mismo nombre, hizo un reconocimiento al Gobierno mexicano por su liderazgo en la lucha contra el Sida y la discriminación, así como por las reformas realizadas a su sistema de seguridad que “merecen un reconocimiento especial”.
Incluso, reconoció que en Estados Unidos hay un retroceso en el combate al VIH-Sida y exhortó al presidente George W. Bush a seguir los pasos de México con su Seguro Popular que garantiza atención médica y medicinas a las personas que carecen de seguridad social.
En su conferencia magistral calificó al Sida como un dragón muy grande que sólo será eliminado con la respuesta de millones de soldados. Y se pronunció a favor de crear una nueva agencia en ONUSIDA para las mujeres.
Bill Clinton compartió el estrado con Julio Frenk Mora, ex secretario de Salud, quien fue de los más ovacionados en el auditorio, pues organizadores del evento recordaron que fue durante su Administración cuando se lanzó la campaña contra la homofobia que ha tenido un especial reconocimiento por parte de autoridades de ONUSIDA y de gobiernos durante esta cumbre mundial; además de que promovió reformas para crear leyes contra la discriminación.
El funcionario mexicano comentó que durante su gestión al frente de la Secretaría de Salud se trabajó para que México fuera elegido sede de la 17 Conferencia Internacional sobre el VIH-Sida, que se lleva a cabo del 3 al 8 de agosto.
Durante su mensaje, Julio Frenk llamó a la sociedad civil a estar atentos de los grupos de derecha que buscan echar abajo los logros alcanzados en materia de discriminación y homofobia.
El también integrante de la Fundación Bill y Melinda Gates aseguró que el uso generalizado del condón debe ser una prioridad de las políticas públicas en la prevención del Sida, pero también debe ir acompañado con otras políticas de prevención para evitar nuevos contagios.
Con un auditorio repleto, Bill Clinton afirmó que los genéricos se han convertido en los socios del VIH-Sida, al grado que cada tratamiento antirretroviral cuesta 120 dólares al año. En el tratamiento pediátrico, agregó, estos costaban hace tres años 600 dólares y ahora están en 60 dólares anuales. No obstante, reconoció que los medicamentos de segunda línea siguen siendo altos, pues alcanzan los 270 dólares anuales por personas.
Durante su conferencia, personas con VIH que pertenecen a la organización civil Hounsing Work se levantaron de sus asientos y sacaron pancartas pidiendo viviendas, las cuales las colocaron frente al mandatario estadounidense quien reconoció en su discurso esta necesidad.
Recordó que hay 2.7 millones de personas infectadas por el virus el año pasado, y un millón no cuentan con medicamentos antirretrovirales; de ahí la importancia de que haya un acceso para todos, lo que aumenta la prevención y reduce el número de muertes.
Consideró que para el Sida, “no existe una bala de plata” por eso la mejor herramienta es tratar de manera más eficaz el Sida, a través de la prevención y la educación, pues recordó que el 80% de las personas con VIH no saben que son portadores.
En su diagnóstico, dijo que se requiere de más personal en las unidades médicas que tomen las muestras de sangre a los portadores con VIH, y para eso, se requiere de una descentralización de los servicios de salud orientados a mejorar la atención de los enfermos con el virus, donde haya una clínica para 120 mil personas, sino una para 20 mil habitantes.
Abrirán puertas a medicamentos
Las primeras medicinas que ingresarán a territorio nacional, una vez que sea eliminado el requisito de planta, serán los genéricos intercambiables para VIH-Sida. Después de seis meses, le tocará su turno a las vacunas, vitaminas, sueros, antitoxinas, hormonales de origen biológico, homeopáticos y herbolarios.
Será hasta dentro de dos años, explicó Miguel Ángel Toscano, responsable de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), cuando todos los medicamentos del extranjero puedan ingresar a territorio nacional.
El presidente de México, Felipe Calderón, anunció en la inauguración de la XVII Conferencia Internacional sobre el VIH-Sida, de la eliminación del requisito de planta para que laboratorios del extranjero puedan comercializar sus medicinas en nuestro país.
Miguel Ángel Toscano precisó que la apertura del mercado mexicano a medicinas del extranjero se hará en tres etapas, una vez que sea publicado en el Diario Oficial de la Federación el decreto presidencial que autoriza la eliminación del requisito de planta.
Demandan apoyo a líderes religiosos
Las religiones en el mundo se han constituido en una “barrera” para la prevención del Virus de Inmunodeficiencia Adquirida (VIH) y el Síndrome de Inmunodeficiencia Humana (Sida), por lo que especialistas y organizaciones no gubernamentales demandaron a los líderes religiosos seguir las acciones en Pakistán en donde a través de los grupos de culto se ha promovido la prevención y atención de enfermedades de transmisión sexual.
Durante el panel ¿Es la religión un una Barrera para la Prevención del VIH?, Gabriela Rodríguez de la organización Afluentes, comento que en América Latina existe una proporción de 88 por ciento de la población que profesa la religión católica, en el caso de México la proporción suma 84.5 por ciento de la población y son los lideres de católicos quienes “encabezan la principal influencia negativa para la prevención del VIH”.
Explicó que los sacerdotes y las monjas o quienes profesan con mayor cercanía a los lideres católicos quienes han encabezado campanas en contra de la distribución de condones, otros preservativos o de anticonceptivos bajo el argumento de que “son pecado”.
Los especialistas como Purmina Mone, Ashok Row, Rubenf del Prado y Richard Eves, coincidieron en que las religiones debe también contribuir a contener la propagación del VIH y el Sida para lo cual “deben cambiar los viejos dogmas”.
