Los presidentes Richard Wagoner de General Motors, Alan Mulally de Ford y Robert Nardelli de Chrysler coincidieron en que el préstamo por 25 mil millones de dólares representa la única salvación para un sector.
Las ‘Tres Grandes de Detroit’ señalan que están en riesgo más de tres millones de trabajadores.
Directivos de General Motors, Ford y Chrysler, con el apoyo de los sindicatos, expresaron ayer al Congreso que un rescate financiero es esencial para evitar la liquidación de empresas y el despido de poco más de tres millones de trabajadores.
Los presidentes Richard Wagoner de General Motors, Alan Mulally de Ford y Robert Nardelli de Chrysler coincidieron en que el préstamo por 25 mil millones de dólares representa la única salvación para un sector que calificaron de devastado por la crisis económica.
'Si se permite que fracase la industria, los costos serían catastróficos: tres millones de despidos el primer año, reducción de ingresos de Estados Unidos por 150 mil millones de dólares y pérdida de ingreso fiscales por 156 mil millones de dólares', alertó Wagoner.
'Sin un apoyo de financiamiento inmediato, la liquidez de Chrysler podría caer por debajo de los niveles necesarios para sostener operaciones', remató Nardelli ante el Comité de Servicios Financieros de la Cámara de Representantes.
Mullaly apuntó que la industria automotriz ha sido la más 'severamente afectada' por la crisis económica. Cifras de la industria muestran que las ventas de vehículos se encuentran en su nivel más bajo en los últimos 25 años.
Sólo en octubre pasado las ventas anualizadas de vehículos fueron de 10.8 millones de unidades, comparado con el nivel normal de entre 16 a 18 millones de vehículos.
Wagoner, Mulally y Nardelli coincidieron en que los problemas de la industria deriva de la escasez del crédito a los consumidores e insistieron en la urgencia del rescate financiero como parte del paquete por 700 mil millones de dólares aprobado.
Se trató del segundo día de comparecencias en los tres directivos en momentos que los demócratas buscan empujar el préstamo por 25 mil millones de dólares, a contrapelo de la decisión de la administración Bush de no rescatar a la industria.
El rescate a la industria fue discutido durante la primera reunión entre el presidente George W. Bush y el presidente electo Barack Obama en la Casa Blanca, sin que se llegara a un acuerdo.
De acuerdo con versiones de la reunión, Obama planteó la urgencia de aprobar el rescate financiero de las armadoras de vehículos, mientras que Bush habló de la importancia de aprobar la ratificación del tratado de libre comercio con Colombia.
En su nueva comparecencia, los ejecutivos sumaron el apoyo del poderoso Sindicado de Trabajadores Automovilísticos (UAW), que presentó un diagnostico similar de la crisis sectorial.
'Como lo muestra los recientes reportes de ingresos, el actual escenario no es sostenible. Si el gobierno no actúa para proveer asistencia inmediata, GM, Ford y Chrysler será forzadas a la liquidación', dijo su presidente Ron Gettelfinger.
La Cámara de Representantes inicia este miércoles su propio periodo extraordinario de sesiones, pero no está claro si habrá un acuerdo en el rescate financiero de la industria automotriz.
En riesgo empleos
General Motors, Ford y Chrysler, conocidos como los "Tres Grandes de Detroit" , emplean de forma directa a un total de 240 mil personas en Estados Unidos, aunque algunos expertos consideraron ayer que la crisis del sector puede costarle al país millones de puestos de trabajo.
General Motors, hasta este año el mayor productor mundial de automóviles, es el que más empleos aporta al sector, con unas 107 mil plazas, más de la mitad (57 mil puestos de trabajo) concentrada en el estado de Michigan.
Por detrás se sitúa Ford, el segundo fabricante de automóviles del país, con 73 mil empleados, y luego el Grupo Chrysler, que emplea a poco más de 58 mil personas.
En ambos casos, más de la mitad de sus empleados, 38 mil en el caso de Ford y 31 mil en el de Chrysler, trabajan en Michigan.
Mientras, las empresas extranjeras de automóviles, como las japonesas Toyota, Honda y Nissan, o la surcoreana Hyundai, emplean directamente a un total de 113 mil personas.
Además, 654 mil personas laboran en la red de concesionarios que los "Tres Grandes" tienen por todo el país.
Así, General Motors cuenta con algo menos de 6 mil 200 concesionarios en los que trabajan alrededor de 327 mil personas; Ford posee 3 mil 854 concesionarios y 173 mil empleados, y Chrysler cuenta con 3 mil 584 concesionarios y 154 mil contratados.
De esta forma, por cada persona que trabaja en uno de los "Tres Grandes" hay alrededor de tres personas empleadas en alguno de los concesionarios que venden los automóviles de estas empresas.
La crisis de ventas que GM, Ford y Chrysler padecen en EU desde el inicio del siglo XXI, agravada desde el año 2005, ya supuso una dramática reducción de la producción y el empleo.
Por ejemplo, GM pasó de 181 mil empleados en el 2004 a 173 mil en el 2005 y 152 mil en el 2006. Dos años después cuenta con 50 mil empleados menos.
El pasado 4 de noviembre el Center for Automotive Research (CAR, con sede en Ann Arbor, Michigan) emitió un informe sobre el impacto de la crisis del sector en el que señaló que en el peor caso la desaparición de los "Tres Grandes de Detroit" dejaría a 3 millones de personas sin trabajo.
CAR justificó estas cifras al señalar que en el 2009 los 240 mil trabajadores de GM, Ford y Chrysler se quedarían en la calle, otro millón de personas que laboran en concesionarios o son proveedores también perderían el empleo, y 1.7 millones sería despedido por la merma en las empresas secundarias.
En los dos siguientes años, aseguró el CAR, las pérdidas se reducirían a 2.4 y 1.7 millones de personas, respectivamente, por el aumento de la producción en EU de los fabricantes extranjeros.
En total, precisó el CAR, las pérdidas económicas de la pérdida de 3 millones de puestos de trabajo serían de unos 150 mil millones de dólares solo en el primer año, y de 398 mil 200 millones de dólares en el periodo comprendido entre 2009 y 2011.