La crisis económica en México va a significar menor generación de empleo formal, lo que provocará, o mayor expulsión de migrantes hacia Estados Unidos, o un crecimiento de la informalidad, advirtió Graciela Bensusán, especialista de la Universidad Autónoma Metropolitana Unidad Xochimilco.
“Esta tendencia es lo que se va a mantener o a profundizar, por lo menos en el primer y en el segundo año, y esto evidentemente significa una mayor precariedad de las condiciones de trabajo y de vida de las personas”, indicó.
Durante el foro “Los Impactos Sociales de la Crisis Económica en México”, realizado en el CIESAS, señaló que el patrón de distribución de los costos de la crisis es el mismo que el de anteriores, en el que los trabajadores asumen la mayor carga.
Advirtió que el salario mínimo va a caer en términos reales, toda vez que se fijará por debajo de la inflación.
En 2008, apuntó, el salario mínimo se fijó con base a una inflación esperada de menos del 4 por ciento, cuando el índice va en 6.8 a finales de año. Recordó que el salario mínimo no se ha recuperado desde la década de los 80, de tal manera que tiene la tercera parte del poder adquisitivo de esa década. Cuestionó que, a diferencia de otros países de América Latina que han optado por proteger al trabajador y crear mejores condiciones laborales, en México se siga favoreciendo a los empleadores.
“El caso mexicano es excepcional, porque es de los pocos países de la región que a pesar del proceso de transición económica y política en los últimos 25 ó 30 años, no se han hecho cambios en la legislación laboral y sí en la seguridad social”, comentó.
“Lo que se ha hecho es adaptar las mismas regulaciones a una operación funcional de las instituciones a favor de los intereses de los empleadores”.
El gobierno mexicano, indicó, habla de tomar medidas contracíclicas, pero no hay una decisión política para practicar un viraje en términos de lo que es el papel del Estado en materia de protección social.
“No noto una concepción desde el Estado de proteger a la gente, colocar a los trabajadores en el centro de esta problemática”, señaló.
“Nuevamente, es una visión de cómo le garantizamos a las empresas las mejores condiciones para que se reactiven, porque ya después se filtrará hacia abajo”, aseguró.
El modelo laboral mexicano, advirtió, no sirve para ayudar a que los trabajadores puedan defenderse ante situaciones críticas, y el ajuste a la larga tiende a caer sobre los más débiles.
Opinó que no se va a reducir el impacto si no se toman medidas importantes en términos de la fijación del salario.
“No es posible que se fije el salario por debajo del valor de la inflación. La única manera es tener mejores términos de negociación en salarios, y no los tenemos”, indicó.
“Eso implica un cambio que toma mucho más tiempo “.