Varios estudios han demostrado que estos cetáceos, que se comunicaban a través de miles de kilómetros de distancia para encontrar alimentos y parejas, están perdiendo el contacto mutuo.
Los cantos que las ballenas y delfines utilizan para comunicarse, orientarse y procrear están siendo sofocados por el ruido de procedencia humana en los océanos del mundo, dijeron los funcionarios de la ONU y grupos activistas.
La contaminación sonora, desde el creciente tráfico comercial marítimo a los sondeos sísmicos y una nueva generación de aparatos de sónar, no solamente confunde a esos mamíferos sino que pone en peligro su sobrevivencia.
Varios estudios han demostrado que estos cetáceos, que se comunicaban a través de miles de kilómetros de distancia para encontrar alimentos y parejas, están perdiendo el contacto mutuo, según los especialistas durante la conferencia de la ONU sobre vida silvestre que tiene lugar en Roma.
"Puede llamarse el efecto de una fiesta", comentó Mark Simmonds, director de la Sociedad para la Conservación de Ballenas y Delfines, una organización no gubernamental basada en Gran Bretaña. "Hay que hablar cada vez con voz más alta hasta que nadie puede escuchar lo que dice el otro".
Otra fuente indirecta de la contaminación sonora podría obedecer al cambio climático, que ha alterado la composición química de los océanos y que propaga a mayor distancia los sonidos en el agua salada, según los especialistas.