Bomberos continúan con labores de limpieza y mantenimiento en diferentes calles de la colonia Roma, a dos días de que la Ciudad de México fuera azotada por fuertes vientos. (Notimex)
A dos días del ventarrón que sopló en la Ciudad de México, 200 mil personas resultaron afectadas en 12 de las 16 delegaciones; aún había colonias sin luz y con árboles caídos, como la Narvarte, Del Valle, Portales y Letrán Valle.
No obstante, autoridades de Protección Civil del Gobierno de la Ciudad de México anunciaron que ya trabajan en la creación de un sistema de prealerta hidrometeorológico similar a los que hay en Canadá, Estados Unidos y Europa, para pronosticar con un radar la presencia de lluvias, tormentas eléctricas, granizo y vientos como los del pasado miércoles.
Además, ya instalan una nueva Red pluviométrica para medir la cantidad de agua y escurrimientos que se presentan durante una tormenta.
El propósito es mejorar la capacidad de reacción ante fenómenos meteorológicos que representan un riesgo para la población, según Carlos Sáinz, subsecretario de Protección Civil, quien estimó que el sistema de prealerta entrará en operaciones previo a la temporada de lluvias de este año.
En conferencia de prensa, el funcionario y el subsecretario de Seguridad Pública, Luis Rosales, informaron sobre los resultados del operativo nocturno en las 60 colonias afectadas por el apagón del miércoles pasado.
A las 23:00 horas, decenas de cuadrillas de la Compañía de Luz y Fuerza del Centro (LyFC) restablecieron la energía eléctrica en 99% de las zonas afectadas, aunque faltaron colonias como Narvarte Poniente, Romero de Terreros, Campestre Churubusco, Pueblo de Axotla, El Toro y Extremadura Insurgentes, en la delegación Benito Juárez. En la delegación Iztapalapa tampoco hay luz en las colonias Tepalcates y Ejército Constitucionalista.
Las principales fallas fueron en los semáforos de cruceros, alumbrado público, viviendas y negocios. “No pasa de esta mañana en que esté resuelto el apagón”, dijo Gerardo Krauser, líder de cuadrilla de Luz y Fuerza.
Residentes de la calles Luz Saviñón y Nicolás San Juan, en la colonia Del Valle, en Benito Juárez, cerraron con llave sus domicilios. “Lo único que me mantiene tranquilo es que ahora las calles están plagadas de policías, espero que eso sea diario”, comentó Alfredo Gómez González, vecino en la Narvarte.
‘¡Sí, le pegamos a otro avión!’
Faltaban 15 minutos para las ocho de la noche, cuando el rugido de los motores del avión Boeing 777-200, fabricado en Estados Unidos, retumbó en el ambiente. Comenzaba a avanzar el aparato que llevaba más de 200 pasajeros a bordo. En ese momento, el viento soplaba con violencia.
Repentinamente, se escuchó un fuerte golpe que generó incertidumbre y temor entre los pasajeros que viajarían a Madrid a bordo del vuelo 001 de Aeroméxico, que preparaba su despegue del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.
La aeronave de casi 300 toneladas de peso se detuvo. Súbitamente las turbinas se apagaron.
“¡Chocamos con algo!”, dijo discreto, pero enérgico uno de los pasajeros que se encontraba en la clase turista. “¡El ala pegó con otro avión!”, continuó.
Apenas acababa de lanzar la frase, cuando otros pasajeros desabrocharon incrédulos los cinturones de seguridad que ya tenían puestos, para levantarse de sus asientos y verificar a través de las ventanillas si era cierto el incidente.
“Sí, le pegamos a otro avión!”, confirmó otro pasajero, ya en voz alta. De la cabina de mando, el silencio, nadie informaba nada. El cuchicheo comenzó a generalizarse dentro del aparato, cuyos depósitos de combustible ubicados justamente en sus alas, se encontraban en su máxima capacidad.
Casi, inmediatamente después del percance, unidades de rescate y carros de bomberos llegaron al lugar donde quedó varado el aparato de más de 63 metros de largo y 61 de envergadura.
Pasaron 20 minutos, y la tensión y la zozobra crecían en el interior del avión comercial, que debía realizar un vuelo directo de casi ocho horas a la ciudad de Madrid, a una velocidad crucero de 850 kilómetros por hora.
Dentro del avión, el más grande de la flota de Aeroméxico, se encontraban algunos personajes de la política, entre ellos, Mariano Palacios Alcocer, en dos ocasiones presidente del PRI, ex gobernador de Querétaro y ex secretario del Trabajo.
Igualmente, el gobernador de Aguascalientes, Luis Armando Reynoso Femat.
En el vuelo 001 también viajaba el empresario José Madariaga Lomelín, ex presidente de la Asociación de Banqueros de México.
La aeronave tuvo que regresar a la posición 52A de la nueva Terminal 2, de donde fue remolcada después a los hangares de mantenimiento de la empresa.
De acuerdo con Aeroméxico, alrededor de las 19:45 horas, el vuelo 001 con destino a Madrid tuvo que regresar debido a que durante el carreteo impactó con la punta del ala izquierda de otro avión que está en servicio de mantenimiento en el hangar.
Pasajeros narraron que antes del percance, el nerviosismo era evidente dentro de la aeronave.
Se les había informado que por la fuerza del viento, se cambiaría la dirección del despegue. El Boeing 777-200 estaba listo para despegar de norte a sur, pero debido a las condiciones meteorológicas, la maniobra se cambió. Justo en el momento que giraba para iniciar el despegue se dio el impacto.
Durante 20 largos minutos, más de 200 pasajeros permanecieron dentro del avión que los llevaría a Madrid, en medio del temor, la tensión y la zozobra.
