“¡Ahora se la quieren sacar ¿no?, pues no los vamos a dejar!”, exclamó uno de los jóvenes que este lunes regresaron al New’s Divine y exigieron a las autoridades una investigación a fondo sobre la tragedia del viernes, cuando murieron aplastadas 12 personas.
Mientras disminuye el tiempo para que la Procuraduría capitalina brinde una explicación convincente, aumentan los testimonios presenciales que responsabilizan a la policía de contribuir al tumulto durante el operativo de la Unipol, en el antro con más de 500 jóvenes adentro.
“Alfredo, el dueño, ni nos alarmó ni nada, nos dijo: ‘Cooperen, así nos lo marca la delegación, se tienen que salir’. Todos dijeron ‘nel, nel...’, pero cuando dijo que el otro viernes sería gratis, aceptaron; cuando ya nos íbamos a salir los policías se agarraron de los brazos y dijeron: ‘Pues ahora no”, relató Rebeca Mohz, de 15 años de edad.
La estudiante de la secundaria 136 aseguró que la policía utilizó gas lacrimógeno: “Estábamos amontonados, ya nadie podía respirar, cerraron la puerta y fue cuando aventaron el gas y los de arriba se saltaban y caían en el cemento, algunos rompieron vidrios porque ya querían respirar”.
Luis Antonio, de 16 años de edad, señaló que quienes se reunían en el New’s Divine eran estudiantes de secundaria y del Conalep que festejaban fin de cursos.
“Nos trataron muy mal, llegaron a agredirnos. Lanzaron algo, no sé decirte qué era, pero nos picaba mucho; muchos de nuestros compañeros rompieron ventanas para poder respirar”, agregó.
Aseguró que en la zona quedaron cabellos de muchas jovencitas que fueron tomadas de los cabellos por la policía.
Íngrid tiene 16 años de edad y duró detenida hasta las cinco de la mañana del sábado.
“Ellos (los policías) entraron agresivamente: ‘Órale cabrones, ¿querían desmadre?, van para afuera’. Nos subieron a camiones y a muchos los golpearon”, recordó.
Hoy aparecieron ocho veladoras en la entrada principal de la disco, en ofrenda a los fallecidos durante el tumulto.
Asimismo, aparecieron infinidad de cartulinas y una manta gris acusando de las muertes tanto al delegado Francisco Chíguil como al jefe de la policía del DF, Joel Ortega Cuevas, durante la protesta de vecinos y adolescentes testigos de los hechos.