Las calles del centro de la capital de Chihuahua, lucen vacías desde que empieza a anochecer. (Agencia Reforma)
Enfrentan juarenses la peor crisis económica de la historia, a causa del crimen organizado.
Justo cuando golpea la crisis económica del vecino país, el sector hotelero de esta ciudad fronteriza recibió el tiro de gracia de la delincuencia organizada.
En lo que va del año, por lo menos se han registrado tres casos de secuestros en hoteles por comandos armados que irrumpen abriéndose paso entre los huéspedes para llevarse a sus víctimas.
“Los hoteles pasan por una situación muy difícil y alarmante, el peor de su historia, porque la violencia ya no pone a esta ciudad como un destino para llegar, sino al contrario, para evitar”, dijo Lorenzo Rodríguez, presidente de la Asociación de Hoteles y Moteles de esta ciudad.
Mientras los hoteleros juarenses viven en la adversidad al desplomarse la ocupación en un 50 por ciento, en El Paso, Texas, estos establecimientos tienen un 80 por ciento de su oferta hotelera ocupada.
La vecina ciudad estadounidense abre de cuatro a cinco hoteles por año y a eso de las 14:00 horas ya no hay alojamiento, de acuerdo con fuentes consultadas.
“El turismo del negocio mexicano apuesta por cruzar la frontera y hospedarse en el otro lado, donde sí hay respuesta a su expectativa de seguridad.
“Ciudad Juárez era un atractivo impresionante para el turismo nacional y extranjero donde podían andar hasta las tres de la madrugada; ahora, al oscurecer todo mundo trata de andar en su casa menos en la calle”, dijo Rodríguez.
Taxistas, centros comerciales, restaurantes, entre otros, pagan el costo de los embates del crimen organizado en la industria hotelera, debido a que por cada peso que venden los hoteles se derraman otros 3 en esos sectores.
En los hoteles, las medidas de seguridad se han incrementado, pero en las calles al caer la noche el ir y venir de convoys de soldados y agentes federales, así como de ambulancias de la Cruz Roja, reflejan un estado de sitio.
“Vamos abriendo puertas de asombro que jamás nos imaginamos como las ejecuciones, hechos violentos… y esto apenas está empezando porque no ha tocado fondo”, comentó Rodríguez.
Atrapados y sin salida
En medio de la crisis económica, de los ataques del crimen organizado y de las extorsiones telefónicas, los comerciantes fronterizos atraviesan por una etapa de sobrevivencia.
La ciudad está desprotegida, dicen, y las bandas de delincuentes roban a farmacias, a la tienda de la esquina, a los negocios del surponiente de la ciudad.
Nadie se atreve a identificarlos, pero son conocidos, como los integrantes de la “línea”, los que cobran a los comerciantes cuotas de protección.
Daniel Murguía, presidente de la Cámara de Comercio, afirma que Ciudad Juárez es tierra sin ley y la bandas de delincuentes asaltan con impunidad lo mismo que a los comerciantes que a los trabajadores de sus empresas.
“El poner rejas en los negocios, cerrar temprano en horas de sol y sólo abrir a clientes conocidos, ya pasó a segundo término, ahorita estamos en una etapa de sobrevivencia y de clausura de negocios”, indica.
Clientes encubiertos
Los propietarios de restaurantes de esta ciudad y de la capital recibieron hace varias semanas un mensaje de la delincuencia organizada: quemaron con bombas molotov ocho negocios.
La causa la menciona de manera irónica un restaurantero: “Es muy sencillo, coopelas o cuello”.
No hay denuncia por temor a las represalias, dice, simplemente cierran o se van.
Aunque han implementado acciones para protegerse como el utilizar a policías encubiertos de clientes sentados en las mesas, el amago persiste.
“En Chihuahua está rebasada la autoridad por el narco”, afirma Ricardo Ramírez, presidente de la Cámara de la Industria Restaurantera.