Agradecen a la Virgen
Realizan la primera de 150 peregrinaciones en Torreón
Como cada siete de noviembre, cientos de ferrocarrileros, entre activos y jubilados, se reunieron no sólo para celebrar su día, sino también para agradecer a la Virgen de Guadalupe sus favores concedidos, con su ya tradicional peregrinación.
Es la primera de más de 150 peregrinaciones guadalupanas, confirmadas hasta el momento, que recorrerán este año, las calles de la ciudad.
Ayer, como desde 1955, cientos de trabajadores ferroviarios pertenecientes a la sección 27 del Sindicato de Trabajadores Ferrocarrileros de la República Mexicana, peregrinaron desde la antigua estación hasta la parroquia de Guadalupe.
El contingente estuvo encabezado por dos pequeñas que portaban en sus manos un banderín, que identificaba a los peregrinos. Detrás de ellas, un grupo de danzantes hacían erizar la piel de los espectadores, con sus movimientos y el sonar del tambor.
El grupo de trabajadores, estimado en más de 800, también estuvo acompañado por un mariachi, el cual durante el breve recorrido, amenizaba las oraciones de los fieles.
“Es para agradecer a la Virgen de Guadalupe el cuidado que ha brindado al personal de vía, desde 1955, desde entonces año por año abrimos las peregrinaciones los ferrocarrileros”, comentó Juan Manuel García Ibarra, secretario general de la sección 27.
Al llegar a su destino, el párroco bendijo a las cinco danzas que acompañaron a los peregrinos, quienes también recibieron su bendición al entrenar al templo, en donde decenas de familias esperaban su llegada.
PREPARATIVOS
De acuerdo con María del Socorro Velasco Requejo, coordinadora del Programa de Peregrinaciones de la Parroquia de Guadalupe, hasta el momento se encuentra registrado un total de 150 grupos de peregrinos, entre empresas, negocios y colegios particulares.
Para este año, se espera una cifra igual o superior de fieles participantes, ya que en 2007, se tuvo un registro de 100 mil peregrinos.
Así mismo, comentó que será hasta el próximo 16 de noviembre en punto de las tres de la tarde cuando se lleve a cabo la bendición de aquellas danzas que acompañarán a los grupos de peregrinos en sus recorridos.
Velasco informó que será a partir del 21 de noviembre, cuando comiencen de manera formal las peregrinaciones, realizando su tradicional recorrido, es decir partiendo de la Alameda Zaragoza y finalizando en esta Parroquia de Guadalupe, con un horario de ocho a una de la tarde, y de cuatro a ocho de la noche.
Para el 30 de noviembre se tiene programada la llamada “Peregrinación Grande”, en donde el mayor número de trabajadores hace su aparición en las calles de la ciudad, para dar gracias a la Virgen de Guadalupe por los milagros concedidos.
La historia
Jesús García Corona, a quien la historia conociera como El Héroe de Nacozari, nació un 13 de noviembre de 1881 en Hermosillo, Sonora, y murió un siete de noviembre de 1907. El Sindicato Nacional de Trabajadores Ferrocarrileros instituyó en 1944 -por declaratoria presidencial- esa fecha como el “Día del Ferrocarrilero”.
Un martes siete de noviembre de 1907, Jesús trabajaba en la mina. En minutos llegó al kilómetro “El Seis”, donde había almacenes y casas de trabajadores. Después de una primera vuelta, la locomotora alcanzó de nuevo “El Seis”. Con suerte, debía completar dos corridas más. Un mensajero lo aborda para darle una noticia inesperada: Necesitan suplementos en la mina.
Jesús dejó 50 de sus góndolas y descendió a la mina. Cuatro toneladas de dinamita serían llevadas al almacén de explosivos para colocarse en dos furgones. En el nivel más bajo de la mina, el cargamento había sido completado. Sin embargo los ingenieros no colocaron los carros con explosivos al final del cuerpo del tren sino en los dos primeros, enseguida del motor de combustión.
La locomotora trabajaba contra el viento; las chispas vivas, emanadas del contenedor, que no había sido arreglado, volaron sobre el motor y la cabina, llegando incluso hasta los dos primeros furgones cargados con dinamita.
El viento se incrementó y el fuego se expandió. Cuando la esperanza se desvaneció Jesús le pidió a la cuadrilla que se arrojaran e imprimió toda la fuerza a la locomotora. Tan enorme fue la explosión que la locomotora desapareció completamente. Jesús murió al instante, lanzado por el frente de su cabina.