El consumo alto en grasas tiene un efecto grave en la salud.
La mayoría de la gente no tiene en mente que una dieta mal planeada marca el camino de entrada al organismo de elementos nocivos, como el llamado colesterol malo.
Sobre esto, la nutrióloga Socorro Fernández Pumar nos asegura que cualquier momento es bueno para adoptar un menú saludable y hábitos de bienestar.
Una dieta mal balanceada y con productos chatarra, un estilo de vida sedentario, el estrés, el tabaquismo, la falta de descanso y no acudir con un especialista para un chequeo de rutina, son rasgos generales que comparten las personas con problemas cardiovasculares.
Ante este peligroso escenario, habrá que reaprender a comer sanamente, aumentar la actividad física o practicar algún deporte y vigilar los niveles de colesterol, ácido úrico, presión arterial y glucosa.
Todo esto porque en general es alta en grasas saturadas, como el colesterol, en grasas trans (presentes en alimentos industrializados o alimentos fritos en aceite utilizado varias veces, lo cual es malo.
Dl contenido de este elemento nocivo es alto también en cereales refinados y azúcares simples, y todo esto contribuye a la elevación de los niveles de colesterol y triglicéridos en la sangre.
El consumo de estos productos tiene un efecto grave en la salud, pues de acuerdo al Instituto Nacional de Salud Pública, más de 70 millones de mexicanos tienen problemas de sobrepeso u obesidad, los cuales son factores de riesgo importantes para el desarrollo de enfermedades crónicas, cardiovasculares y diabetes.
Una de las razones que han contribuido a la obesidad en México, es la transición alimentaria que consiste en cambiar la dieta tradicional basada en cereales, leguminosas (maíz y frijol), verduras y frutas, por una dieta rica en carnes, cereales refinados, azúcares y grasas saturadas, predominantes en la comida rápida y los refrescos.
Medidas de emergencia
La experta resalta que para reducir el riesgo de enfermedad cardiovascular, las autoridades de salud recomiendan el consumo de menos de 300 mg de colesterol al día, e incluir alimentos que contengan principalmente grasas insaturadas de origen animal, y de esta manera reducir los niveles de colesterol malo y aumentar los del bueno.
Una alimentación balanceada se logra consumiendo un aceite rico en ácidos grasos omega 3, 6 y 9, que en proporciones adecuadas protegen el endotelio vascular de la inflamación e impiden la acumulación del colesterol en las arterias.
Sumando elementos protectores que se encuentran en la alimentación como las vitaminas y minerales antioxidantes que contrarrestan los radicales libres.
Este tipo de grasas se acumulan en el interior de los vasos sanguíneos provocando el endurecimiento de las arterias, la formación de trombos o coágulos y otros problemas que derivan en insuficiencia cardiaca e infartos.