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Ahora es el miedo

MIRANDO A FONDO

Víctor González Avelar

LOS TIEMPOS que vivimos nos remontan a aquellos días de la revolución, cuando los habitantes de esta ya próspera Comarca Lagunera se encerraban en sus domicilios, temerosos de cualquier inesperado ataque por parte de cualquiera de las facciones en conflicto.

LAS FAMILIAS vivían en la ciudad y en el campo con el temor a los riesgos que todo movimiento revolucionario implica, que finalmente daña a todos sin distinción de bandería política ni partidista. Todas las revoluciones siempre han sido la manera y forma, como el hombre común y corriente ha sido victimado por la violencia, la injusticia y el abuso.

ME PERMITO HACER estas reflexiones, en razón de que sin estar en una revolución o revuelta social como la de 1910, todos nos vemos inmersos en los males que los movimientos sociales llegan a provocar.

LA REALIDAD es que más de un millón de habitantes de esta Comarca Lagunera, nos encontramos postrados, de rodillas e impotentes frente a la violencia y amenazas de unos cuantos delincuentes organizados, que han encontrado en nuestras tierras su perversa manera de vivir.

ESTA VIOLENCIA ha logrado cambiar muchas de las costumbres de nuestra vida en la región. Por una parte y en medio de los más extravagantes rumores, la sociedad especula sin base ni información los más horrorosos sucesos, la otra, en ocasiones esos rumores se convierten en crueles realidades.

LOS HABITANTES de nuestras ciudades y de otras muchas en el país, nos hemos impuesto a nosotros mismo el fatídico toque de queda. El estado de inseguridad inhibe a todos de salir por las noches a ningún lugar, sea una reunión familiar, una cena a un restaurante o a un evento social. Las calles se ven desiertas y los comercios de la gastronomía o de la diversión sufren pérdidas irreparables.

NUESTRA SOCIEDAD VIVE inmersa en el miedo como en tiempos de la revolución, pero sin haber una revolución. Tal como en 1910, hoy aparecen muertos y cabezas tiradas por todas partes. Las familias son amenazadas y extorsionadas. La que no hace mucho tiempo fue una de las mejores regiones para vivir, progresar, crecer, desarrollarse y formar una familia, se ha convertido en un gran foso de turbaciones.

NO HAY PEOR CRISIS que la del miedo. Cualquier otro tipo de crisis en una sociedad se puede llegar a vencer con el esfuerzo conjunto de todos; pero la crisis del miedo y terror social en una comunidad, son muy difícil de superar. El miedo colectivo envenena e inhibe al hombre en todas sus actividades lo que finalmente lo postra en un estado de estrés paralizante.

EN LA LUCHA CONTRA el crimen organizado, que es una verdadera y real guerra intestina, el Estado mexicano ha venido haciendo su tarea, pero no ha sido suficiente lo logrado hasta el día de hoy. Ha faltado información privilegiada, sistemas de Inteligencia más sofisticados y la infiltración al interior de las bandas. Vemos con desaliento cómo el Ejército y las policías actúan las más de las veces con “piñatazos” que nada logran. Muchos de los operativos de cateos se malogran y rara vez hay detenidos.

LA PRESENCIA DEL EJÉRCITO y las diversas policías en las calles no ha logrado atemorizar a los malosos, pero sí logró inhibir a la sociedad de salir a las calles. De esta manera el miedo sigue imponiéndose en las ciudades de México y en su sociedad y todo esto no se ve ni para cuándo pueda terminar.

POR LO PRONTO el transcurso de la vida de todos ha sido alterado y no es el mismo que el de hace unos cuantos años. El Ejército y las policías salen a las calles enmascarados y exhibiendo sus armas, corriendo como enloquecidos de un punto a otro de la ciudad; pero todo esto no ha sido otra cosa: que mucho ruido y pocas nueces.

Comentarios gaasoc@hotmail.com

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