El nuevo show de la ex pareja presidencial, interpretada por Raquel Pankowsky y Benito Castro, se presentará todos los fines de semana en el Teatro Wilberto Cantón.
Dice que ahora sí. Raquel Pankowsky ya tiene las semanas contadas para su personaje de Martita Según. Ya son siete años de tenerlo en su repertorio, y es tiempo de decirle adiós.
Y qué mejor manera de hacerlo, dice la actriz, que en el mismo sitio donde su carrera siempre ha sido bien recibida: el teatro Wilberto Cantón. El viernes comenzó la temporada de ¡Aaayyy mis hijos! Pulpos Chupeteadores, cuyo tiempo en cartelera sólo será respondido con base en la asistencia del público.
“¡Ya se llama Marta sigue aún!”, bromea la actriz Raquel Pankowsky, durante uno de los descansos de la obra.
Pero ahora los dardos de la crítica política no son del todo para la ex pareja presidencial.
A lo largo de ella, auxiliada por Benito Castro en los papeles de Chente y Palillo, se nombra a gran parte del gabinete actual y pasado.
De Xóchitl Gálvez, quien fuera responsable de los pueblos indígenas, se bromea con que ahora labora en el mantenimiento del Rancho San Francisco, propiedad de ellos.
Que Felipe Calderón, el primer mandatario, los protege para que no les pase nada y que Santiago Creel es uno a los que rezan para que los hijos de Martita (Manuel y Jorge Alberto Bribiesca), no sean encarcelados por sus delitos de enriquecimiento ilícito y supuestos fraudes.
“Aquí no es un dardo contra Vicente y Marta, sino que es un dardote contra todos”, explica la actriz.
La primera función pasó por situaciones especiales. Resulta que un fuerte aire azotó la zona, y la marquesina se quedó sin luz, por lo que no lucía el nombre de la obra con grandes letras.
“Afortunadamente, no importó eso. Aquí, en el escenario, no sucedió nada”, comenta Pankowsky.
La obra inicia con una secuencia donde en un monitor se transmite la toma de protesta de la actual presidente de Argentina. Martita la observa nostálgica. Sabe que a ella le pudo suceder algo igual.
Chente llega y la consuela. Ambos deciden jugar a algo que le divierte más a ella. El político guanajuatense se acerca a una caja y saca una banda presidencial.
Después, Martita se acerca a la orilla del escenario y el público contribuye con un aplauso, como si se tratara de un mitin real.
El culpable de esta nueva aventura teatral de Pankowsky es Manuel Rodríguez Ajenjo (El Privilegio de Mandar), quien le llevó el guión para que lo leyera y que a la actriz le pareció maravilloso.
Luego fue la invitación para despedirse en el teatro que la ha acogido con mucho cariño, más la posibilidad de realizar una gira por el interior del país.
“¡Y entonces, pues no podía decir que no al montaje… pero ésta (obra) sí es la despedida, ya llevo siete años haciéndolo (el personaje)”, comenta Pankowsky.
Curiosamente, por ese personaje ha tenido que rechazar ya una invitación para filmar una cinta en Argentina y en estos momentos está viendo si podrá aceptar la propuesta de Carlos Carrera (El Crimen del Padre Amaro) e integrarse a su nuevo proyecto.