NUEVAMENTE NUESTRO ALCALDE José Ángel Pérez como si no tuviese tanto problema y pendientes que resolver, le entra ahora al espinoso asunto del rescate del Centro Histórico de Torreón, en su capítulo: “los ambulantes que me sobran”.
TODO PARECE INDICAR que al Alcalde le están sobrando comerciantes informales y le está faltando piso en donde acomodarlos. El ambulantaje siempre ha sido un grave problema para el rescate integral de cualquier Centro Histórico y en el nuestro también lo es. Lo delicado de este asunto, es que el ayuntamiento legalizará para siempre a cientos de ambulantes en calles y avenidas y además, les va a construir módulos o tabaretes en plena vía publica.
PERO COMO DICEN LOS TÉCNICOS, el atole ya se les hizo engrudo a nuestros munícipes, que por lo visto no dan una. Toda vez que han demostrado, que están negados para el arte de la política y la buena administración.
AHORA EL EMBATE es contra el Museo Arocena de Torreón, frente al cual nuestras autoridades municipales pretenden instalar una serie de vendedores ambulantes con sus respectivos tabaretes. Este sería quizá el primer caso en el mundo en que a una autoridad se le haya ocurrido tan genial idea.
LA GENIALIDAD contempla, que sobre la calle Cepeda entre avenida Juárez y avenida Hidalgo, precisamente frente a la entrada y puerta del Museo Arocena, se instale a los ambulantes que Don José Ángel no haya en dónde acomodar. La descabellada medida vendría a causar una serie de trastornos para el funcionamiento y operación del Museo tales como: falta de seguridad para los miles de visitantes, en especial para los niños y jóvenes que asisten al principal centro de cultura e historia en nuestra ciudad y se dificultaría el acceso a su estacionamiento subterráneo.
EN SUS PRIMEROS DOS años de vida, el Museo Arocena ha recibido 175 mil visitantes, de los cuales 100 mil han sido niños y jóvenes, 4 mil turistas de diversos estados de la república y 350 de diferentes países. Por otra parte, el museo tiene el compromiso de recibir alumnos de las escuelas primarias y regresarlos a sus planteles en camiones que entran precisamente por la calle Cepeda para bajarlos expresamente frente a la puerta. La instalación de tabaretes y ambulantes haría imposible las maniobras de acceso del autobús; también se afectaría la realización de eventos sociales que usualmente se vienen celebrando en Plaza Peñoles que son un apoyo económico para pagar gastos de operación del importante centro cultural y ello desalentaría la contratación de estos eventos con el consecuente daño patrimonial para el Arocena.
TAMBIÉN SE AFECTARÍA los trabajos del Instituto Panamericano de Alta Dirección de Empresa (IPADE por sus siglas), pues sus alumnos no tendrían acceso al estacionamiento. En el mismo sentido se dañaría la cafetería del museo que perdería clientes que con sus consumos ayudan a cubrir gastos de la institución. Se produciría una contaminación visual que destruiría la soberbia fachada de cristal que lo adorna por el contraste con el abigarrado conjunto de tabaretes, todo esto, solamente por mencionar algunos de los daños por la medida que pretende imponer el Municipio gracias al proyecto que el ingeniero Aniceto Izaguirre y los arquitectos (?) Eduardo y Abby Aguirre le han vendido a José Ángel Pérez Hernández como genial idea del Centenario de Torreón.
ESTAMOS CIERTOS de que frente al Palacio de las Bellas Artes, Museo del Prado, Galería Nacional, Louvre, el Museo Nacional de Antropología e Historia, Museo de Arte Moderno o frente a cualquier otro museo del mundo que se respete, nunca han sido cercado de puestos, fritangas, baratijas o mercancía “pirata”. El Museo Arocena sería el primero, lo cual significaría un récord digno de aparecer en el libro de Ginness junto a sus creadores e instrumentadores.
PENSAMOS QUE LO más conveniente sobre este delicado asunto, sería consultar a la sociedad civil, a los clubs de servicio, cámaras, asociaciones, a los grupos representativos de las actividades académicas, productivas, e industriales para que manifiesten su opinión en un tema que a toda la sociedad en su conjunto la afecta.
DE LLEGARSE a cumplir la amenaza del Municipio, se anularía y dañaría de manera irreparable, el esfuerzo más importante que en materia cultural se haya hecho en nuestra ciudad.
MUCHO MÁS SANO e importante para la comunidad, que andar sembrando informales frente a los museos, sería el arreglo de las vialidades en el tramo carretero Torreón-Matamoros que es una verdadera vergüenza y más parece los restos de una bombardeada ciudad iraquí.
Y TODAVÍA ALGUNOS se preguntan por qué el PRI barrió al PAN en las pasadas elecciones para diputados locales.
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