El diputado Horacio Garza dice que no vive con miedo luego de haber sido víctima de un atentado. (Archivo)
La violencia en México durante 2007 alcanzó a los políticos. Horacio Garza no olvida que tiene una bala alojada en el cuello. Sin embargo, ni las consecuencias de un atentado del crimen organizado, una ráfaga de balas y su chofer muerto lo hacen vivir con miedo.
“Estoy consciente de que estoy viviendo horas extra, y eso por supuesto me ha hecho acercarme más a mi familia. Sobreviví, y eso me hace estar contento”, dice el legislador tamaulipeco.
Desde hace décadas priista, dos veces alcalde de Nuevo Laredo, Garza insiste en que no va por la vida con miedo.
“Soy un hombre tranquilo. No deja de preocuparme de vez en cuando, pero no tengo pesadillas ni nada de eso. Me acuerdo de lo que me pasó porque llevo una bala en el cuello, pero no vivo con miedo”, sostiene. A finales de febrero Garza sufrió un atentado a tiros en Nuevo Laredo, en donde perdió la vida su chofer, y él, herido, logró trasladarse a un hospital para ser atendido. Desde entonces es escoltado día y noche por agentes de la Agencia Federal de Investigación (AFI).
Como Garza, varios políticos de distintos partidos sufrieron los ataques del crimen organizado. A uno de ellos ya le habían advertido sobre su muerte por retar al narcotráfico. Juan Antonio Guajardo, ex alcalde del PRD de Río Bravo, en Tamaulipas, y ex candidato a la Presidencia Municipal por el PT, fue acribillado en un restaurante de esa Ciudad el 29 de noviembre.
El político buscaba la alcaldía por tercera ocasión en la pasada elección del 11 de noviembre, y durante su campaña denunció varias veces la intromisión del crimen organizado en el proceso electoral de Tamaulipas.
Tras su ejecución, el procurador general de la República, Eduardo Medina-Mora, reconoció que existieron indicios de la infiltración del narcotráfico en las campañas electorales de Tamaulipas y Michoacán.
Las balas también hicieron blanco en Mario César Ríos Gutiérrez, diputado local por el PRI en Nuevo León.
El legislador fue ejecutado el 12 de junio en pleno Centro de Monterrey por sicarios que se dieron a la fuga. Ríos tenía un pasado cuestionado por haber sido fichado en 1986 y luego exonerado en un caso de drogas. El diputado local había sobrevivido a un “levantón” y recibió amenazas de muerte, según la Procuraduría de Nuevo León.
El 21 de mayo fue ejecutado Félix Cruz Barrita, líder del PRD en el Municipio de Ejutla de Crespo, Oaxaca. El político fue asesinado de cuatro balazos cuando viajaba a bordo de su vehículo a la altura del entronque con la carretera federal Oaxaca-Ejutla de Crespo.
En Navolato, Sinaloa, fue acribillado el síndico procurador de ese Municipio, Armando Bueno Blanco. El atentado se registró tan sólo 24 horas después de que el subdelegado de la PGR en la entidad, Juan Carlos Martínez, fuera atacado por gatilleros, acción de la cual resultó ileso.
El 15 de enero en Gómez Palacio, Durango, el ex dirigente y ex diputado estatal del PRD Jaime Meraz Martínez fue asesinado junto a su esposa, uno de sus hijos y el chofer de un taxi; su nuera resultó herida. Tres hombres irrumpieron en el domicilio de Meraz Martínez y dispararon armas calibre 9 milímetros.
El 31 de octubre, el diputado panista por Sonora, David Figueroa, salió ileso de un segundo atentado en menos de un año.
El ex alcalde de Agua Prieta, fue encarado por un hombre cuando salía de un hotel en la Colonia Nápoles.
Otra víctima fue Juan Ramírez Flores, síndico de Zapotitlán Tablas, Guerrero. El perredista fue ejecutado el 18 de julio de seis impactos de bala en la comunidad de Huixtlazala, en ese Municipio de La Montaña.
