Los científicos hallaron que la bebida aumentaba el riesgo de violencia impulsiva entre individuos nacidos con una versión muy activa del gen 'MAOA'.
El consumo de alcohol combinado con la presencia en el organismo de un gen "MAOA" hiperactivo puede inducir a la violencia, según indica un estudio publicado en la versión digital de la revista "Alcoholism: clinical & experimental research".
La investigación, dirigida por Roope Tikkanen, del Hospital Central de la Universidad de Helsinki (Finlandia), indica que los componentes químicos del alcohol mezclados con las enzimas de las que es responsable el gen pueden dar lugar a un cóctel explosivo, sobre todo en personas jóvenes.
El gen en cuestión codifica las enzimas conocidas como monoamino oxidasas (MAO), que catalizan la oxidación de monoaminas. Las MAO de tipo A (MAOA) -en contraposición a las de tipo B- son importantes en el catabolismo de monoaminas ingeridas con el alimento.
Los científicos hallaron que la bebida aumentaba el riesgo de violencia impulsiva entre individuos nacidos con una versión muy activa del gen "MAOA", que controla las enzimas del mismo nombre.
Tikkanen y su equipo estudiaron a 174 delincuentes finlandeses alcohólicos, con historiales de violencia, a los que se les hizo evaluaciones psicológicas y se les midió el consumo de alcohol.
También se supervisó su comportamiento violento y se les hicieron pruebas de ADN para hacer un seguimiento de posibles mutaciones de monoamidas oxidasas A.
Los investigadores concluyeron que el consumo de alcohol y una mayor actividad del gen "MAOA" predecía actitudes violentas, aunque esa combinación no surtía el mismo efecto entre las personas de más edad.
Tikkanen advirtió de que, pese a la incidencia del gen, éste no es el único factor que determina un posible comportamiento violento en las personas que beben, por lo que descartó la utilidad de hacerse test genéticos para determinar su presencia.
Sin embargo, el experto subrayó que las personas violentas con un "MAOA" hiperactivo podrían beneficiarse de tratamientos psicológicos e incluso de psico-farmacológicos.
El experto también dijo que hay que tener en cuenta el efecto tranquilizador de la edad.
"Nuestros resultados indican que el riesgo de nuevos crímenes violentos disminuyen en un 150 por ciento cuando individuos con un 'MAOA' de alta actividad envejecen 20 años", afirmó, para añadir que tal vez habría que centrar los recursos en los jóvenes alcohólicos con "MAOA" muy activos.