Derrotando a Alemania, España estaría cerrando una gran Copa Europea de Naciones con la corona para su país. (AP)
La potente y siempre difícil Alemania será el último obstáculo que deberá rebasar la selección española en su camino hacia la gloria futbolística en la Eurocopa de Austria-Suiza, cuyo desenlace se redactará el próximo domingo, en el estadio Ernst Happel de esta ciudad, escenario de la gran final.
“El futbol es un deporte en el que juegan once contra once y, al final, siempre gana Alemania”. La frase es de Gary Lineker, ex delantero de la selección inglesa y, entre otros, del FC Barcelona, club en el que tuvo como entrenador a Luis Aragonés, el exitoso técnico de la “Roja”, que recordó la citada sentencia poco después de la victoria contra Rusia (3-0), al ser cuestionado acerca del rival en el partido decisivo.
Si la selección española presenta como único bagaje el campeonato de Europa de 1964 -cuando, tras el histórico gol de Marcelino, derrotó a la Unión Soviética (2-1), a las órdenes de José Villalonga- y el subcampeonato de la Eurocopa de Francia -donde cayó ante la anfitriona (2-0), dirigida por Miguel Muñoz-, las aspiraciones del equipo de Luis de lograr el segundo título de su historia pasan por doblegar a una selección en cuyo palmarés figuran tres Mundiales y otras tantas coronas europeas.
Los alemanes tienen números impresionantes en el torneo continental, en el que el domingo igualarán sus seis finales mundialistas y en el que también pueden presumir de tres títulos.
El primero de ellos lo lograron en 1972, en Bélgica, donde derrotaron por 3-0 a la URSS, con dos goles del “Torpedo” Müller; ocho años antes de anotarse la Eurocopa de Italia, en la que se presentó ante el mundo un joven y genial Bernd Schuster, único extranjero que ha triunfado en los tres “grandes” del futbol español, el Barcelona, el Atlético de Madrid y el Real Madrid, con el que esta temporada ganó la liga como entrenador.
Hace doce años, en Inglaterra, Alemania ganó su último gran título, al vencer (2-1) en la final -con “gol de oro” de Oliver Bierhoff en la prórroga- a la República Checa, “mitad” de la antigua Checoslovaquia que la había derrotado en la final de 1976 en la famosa tanda en la que Antonin Panenka ejecutó el “inmortal” penalty que batió a Sepp Maier (campeón europeo y mundial entre 1972 y 1974) y supuso el título.
En 1992, a Alemania se le escapó la Copa de Europa en Suecia, donde fue sorprendida en la final (2-0) por la sorprendente Dinamarca, que había entrado en el torneo de rebote, tras haber sido sancionada a última hora Yugoslavia, por la guerra de los Balcanes.
El elenco de estrellas que ha vestido camiseta blanca y pantalón negro es interminable, pero entre otras muchas, la afición española tampoco olvida a Paul Breitner, Guenther Netzer, Rainer Bonhoff, Ulli Stielike o Bodo Illgner, que jugaron la liga hispana.
Todos ganaron títulos con sus clubes y con la potente Alemania, que el domingo, en el Ernst Happel de Viena, juega su gran final número trece. Buen presagio para el supersticioso Luis Aragonés.
