El gobierno israelí declaró hoy a los servicios de seguridad y el Ejército en estado de alerta máxima para garantizar la seguridad durante las festividades judías de Purim y las cristianas de Semana Santa, que traen a miles de fieles al país.
La medida, ordenada por el ministro de Defensa israelí, Ehud Barak, establece el cierre absoluto de Cisjordania y Gaza a partir de este miércoles y hasta el domingo por la noche, cuando concluyen las celebraciones religiosas.
Durante los cuatro días del estado de alerta ningún palestino podrá entrar a territorio israelí, a excepción de los que son cristianos y que de manera previa hayan gestionado los permisos especiales para entrar en Jerusalén, centro espiritual de la Semana Santa.
La policía israelí también fue puesta en máxima alerta para garantizar la seguridad de cientos de miles de niños que andan libremente por las calles en estos días por no tener clases escolares por la celebración judía.
Durante el "Purim", que literalmente traducido significa "suerte" o "destino", los judíos conmemoran el haberse salvado hace dos mil 500 años del aniquilamiento por un gobernante persa llamado Amán, aunque con el tiempo se ha convertido en un festival muy popular.
La festividad, en la que se pueden ver a niños y mayores disfrazados, comenzó esta mañana en los colegios y, a partir de mañana y hasta el domingo próximo se celebrará en varias calles con espectáculos y carnavales.
Paralelamente, como si se tratara de dos mundos separados, en Jerusalén Oriental la comunidad cristiana y peregrinos de todo el mundo dedican estos días a la reflexión y a seguir solemnemente los pasos de Jesús, para conmemorar la Semana Santa.
En el este de la ciudad, donde viven unos 200 mil palestinos bajo control de Israel desde 1967, están los lugares relacionados con los últimos días de la vida de Jesús, los cuales son frecuentados por miles de peregrinos durante estos días.
Pese a la armonía que suelen ser las celebraciones, los hechos de violencias prevalecen y ensombrecen las festividades. La víspera, un palestino atacó con un cuchillo a un rabino en Puerta de Damasco, a 300 metros de la Iglesia del Santo Sepulcro.
Los cuerpos de seguridad han presentado a Barak distintas evaluaciones sobre la posibilidad de que organizaciones terroristas pueden atacar distintas ciudades, por lo que miles de agentes fueron desplegados en los centro de las actividades festividades.
El período de Purim no suele coincidir con la Semana Santa -en la que Jesús celebraba en realidad la Pascua judía- pero este año por ser bisiesto cayeron en la misma fecha.
En cualquier caso, el de Purim es un período especialmente violento en la zona. En años pasados se registraron violentos atentados suicidas islámicos.
Además de que coincide con una matanza de un colono israelí que perpetró en 1994 en la Cueva de los Patriarcas de Hebrón, que año tras año las organizaciones islámicas palestinas tratan de vengar.
Dado que cualquier acto violento tiene una incidencia inmediata en el turismo religioso, las autoridades israelíes buscan impedir una fuga de los turistas durante este período de Semana Santa.
Otra de las preocupaciones de los servicios de inteligencia de Israel es la organización libanesa Hezbolah, por la posibilidad de que trate de lanzar un ataque contra Israel, porque este fin de semana se conmemora el final del luto de 40 días, decretado tras el asesinato de su líder Imad Mughniyeh, muerto en Damasco el pasado 12 febrero.