Las alzas de precios en los alimentos, causan ‘desequilibrios macroeconómicos y financieros’ en países ricos y pobres.
México y Centroamérica están más dependientes del mercado estadounidense, pero el impacto ‘de la
coyuntura actual’ vendrá del mercado de capitales
La economía mundial está entre el hielo de la recesión y el fuego de la inflación, dijo ayer Dominique Strauss-Kahn, director general del Fondo Monetario Internacional (FMI) ante el Foro Económico Internacional de las Américas (FEIA).
Strauss-Kahn dio un panorama de las finanzas y la economía mundial, alertando de los ‘riesgos de repliegues’ de los países, en referencia al proteccionismo, ante un nutrido auditorio en la sesión inaugural de la XIV Conferencia de Montreal.
Respecto a la crisis financiera centrada en Estados Unidos, el director general del FMI recordó la importancia del desenvolvimiento de la crisis en el sector de bienes raíces y las bajas de precios de las casas, de ‘una amplitud nunca vista’ en más de medio siglo.
Esta crisis causó ‘pérdidas considerables en bancos e instituciones financieras en Estados Unidos y Europa’, y una de las lecciones a sacar es que hay que revisar la supervisión y regulación del sistema financiero, dijo al FEIA, cuyos trabajos terminarán el 12 de junio.
A esta crisis se suman las alzas de precios de las materias primas, energéticos, metales y granos básicos- y el retorno de la inflación, que se suponía -dijo el experto- habíamos dominado: los alimentos aumentaron 50 por ciento respecto a 2006, algo nunca visto desde hace medio siglo.
La crisis alimentaria global, que fue objeto de la reunión en Roma de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), ‘es un problema humanitario urgente’, no porque haya carencia de alimentos sino por el alza de precios que afectan con intensidad a los países pobres, dijo el director del FMI.
Esas alzas de precios en los alimentos, causan ‘desequilibrios macroeconómicos y financieros’ en países ricos y pobres, pero en África el impacto borrará el uno por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) y ‘una ruptura completa del equilibrio que fue difícil de lograr’ en esos países africanos.
Añadió que esta crisis alimentaria y los altos precios del petróleo amenazan la estabilidad del crecimiento económico en los países pobres y algunos emergentes e incluso conlleva ‘riesgos políticos y reproches de las poblaciones’ hacia los gobiernos que pondrán en riesgo ‘las frágiles democracias’.
El director del FMI apuntó que en Estados Unidos se está frente a una de las bajas económicas más importantes ‘que hemos visto desde hace largo tiempo’, anticipando un crecimiento económico un poco por encima o debajo de cero para los próximos meses.
Los precios de las casas siguen bajando, el consumo saldrá afectado y los bancos continuarán experimentando pérdidas, todo esto en un contexto ‘en el cual no sabemos si lo peor de la crisis está detrás o delante nuestro’.
Esta crisis, dijo, provocó una contracción del crédito que está creando otros problemas, y es por eso que ‘no soy optimista’ sobre la interpretación de los datos de la economía estadounidense. Los indicadores no son tan promisorios y la inflación amenaza con convertirse en un problema para la economía estadounidense, según este análisis.
Respecto a Canadá, país que tiene enormes flujos comerciales con Estados Unidos, el directivo del FMI dijo que ‘no es inmune’ a la situación en el sureño vecino.
Respecto a América Latina, apuntó que está poco expuesta a la crisis financiera, pero al mismo tiempo subrayó que no cree en la teoría del ‘desacoplamiento’ de la economía estadounidense, aunque el comercio latinoamericano está mucho más diversificado.
Opinó que quizás haya un ‘desfase’ entre la situación en Estados Unidos y América Latina, pero que una contracción económica estadounidense ‘tendrá influencia vía los canales económicos, bursátiles o de flujos de inversiones’ sobre países como Brasil, China, India y otros más.
El eslabón débil es el flujo de capital y el acceso, para los países latinoamericanos, a los mercados de capitales, dijo el director del FMI, porque habrá escasez o encarecimiento a los mismos para inversiones.
“América Latina es menos dependiente del mercado estadounidense, salvo México y Centroamérica, pero el impacto ‘de la coyuntura actual’ vendrá del mercado de capitales”.
Muchos países latinoamericanos están siendo favorecidos por las alzas de precio de las materias primas, pero se preguntó ¿qué pasará si los precios comienzan a bajar y la economía mundial se frena?
Frente a ello dijo Strauss-Kahn, el FMI está creando facilidades de crédito para los países latinoamericanos, al tiempo que alertó del peligro de la inflación, con alzas de doble dígito en algunos de esos países debido en parte al incremento de la demanda interna.
La inflación, subrayó, está ‘por encima de la banda de confort de los bancos centrales’ latinoamericanos y hay riesgo que las demandas de aumentos salariales alimenten el alza de precios si no está sustentada en incrementos de la productividad.
Frente a este panorama es necesario ajustar las políticas ‘a cada región’ y dar ‘respuestas diferenciadas’ sin olvidar que ‘una respuesta global es necesaria’ y que ‘las soluciones para mejorar el sistema financiero deben ser aplicadas por todos los países’.
En cuanto a las medidas concretas, se refirió a ‘aumentar la vigilancia’ en los mercados financieros de todos los países porque ‘la crisis mostró que no todo marcha bien’.
Por último, para finalizar la sesión del debate, enfatizó que los países ricos y pobres no deben replegarse a las soluciones nacionales, como se manifestó en la crisis alimentaria.
EU tiene
instrumentos para amortiguar desaceleración
Los efectos de la desaceleración económica en Estados Unidos podrían ser amortiguados si se aprovecha la “capacidad de ajuste de su economía” y se reducen los obstáculos al acceso a los mercados y otras medidas de distorsión, lo que contribuiría a mejorar el bienestar de la población.
Así lo indica un informe de la Organización Mundial del Comercio (OMC) sobre la política comercial estadounidense, que afirma que se necesitan correcciones en cuanto a las elevadas ayudas a los sectores agrícola y energético.
Con respecto a la situación en 2006, cuando la OMC realizó la última evaluación sobre EU, el informe destaca que Washington ha adoptado nuevas medidas para liberalizar su régimen comercial, aunque la mayoría reposa sobre la base de las preferencias otorgadas a ciertos países.
Pese a que oficialmente EU apoya la Ronda de Doha, cuyo objetivo declarado es aumentar la liberalización del comercio mundial a favor de los países en desarrollo a través de un acuerdo multilateral, en la práctica la Administración actual ha optado por reforzar sus vínculos bilaterales y regionales.
Esa estrategia se refleja en el hecho de que a principios de 2008 ya formaba parte de 14 acuerdos de libre comercio (otros seis aún no entraban en vigor), frente a los siete de hace dos años y a 3 cuando el presidente George Bush llegó a la Casa Blanca.
Asimismo, el informe de la OMC recapitula las medidas vigentes en EU que afectan al comercio, empezando por “las restricciones y los controles de las exportaciones por razones de seguridad nacional y política extranjera, o para paliar la falta de materiales escasos”.
En ese ámbito, el Gobierno ofrece seguros y financiación a las exportaciones a través de un organismo oficial de crédito, aunque en el informe se reconoce que en los últimos años el costo fiscal de esos programas ha disminuido significativamente.
EU también provoca distorsiones en los mercados mundiales a través de medidas que no están directamente dirigidas al comercio, como son las ayudas internas (exenciones fiscales, subsidios y programas de crédito) a sus productores nacionales, principalmente agricultores y vinculados a la energía. (EFE)