Gobernadores de todos los estados y partidos asistieron al homenaje que se le rindió a Juan Camilo Mouriño. (Agencia Reforma)
Un homenaje plural. Una despedida por todas las fuerzas políticas. Un homenaje triste.
El Sol iluminaba el piso verde de zacate del Campo, pero la sombra del dolor y la incertidumbre rodeaba el ambiente.
Así se sintió la despedida en Campo Marte a nueve servidores públicos y la tripulación encabezada por Juan Camilo Mouriño.
Acudieron representantes de los tres niveles de Gobierno y los familiares de las víctimas. Todos en un solo lugar para despedir al encargado de la política interna; al ex fiscal antidrogas, José Luis Santiago Vasconcelos; a Miguel Monterrubio, diplomático y responsable de imagen de Gobernación; a Norma Angélica Díaz, directora de Información; al coordinador de Eventos y Administración de la oficina del Secretario de Gobernación, Arcadio Echeverría Lanz; a Julio César Ramírez Dávalos, adscrito al Estado Mayor Presidencial y jefe de Escoltas del secretario de Gobernación; al piloto Álvaro Sánchez Jiménez; a Martín de Jesús Oliva, copiloto y la sobrecargo Giselle Carrillo. Se fueron para no volver.
8:00 HORAS
Los asistentes empezaron a llenar las gradas. Los gobernadores dejaron a un lado sus diferencias y acudieron a despedir a Mouriño.
Los perredistas: Marcelo Ebrard, jefe de Gobierno del DF, quien por segunda ocasión asistió a un acto oficial federal. El primero fue la reunión del Consejo de Seguridad encabezada por Calderón; Narcizo Agúndez de Baja California Sur; de Michoacán, Leonel Godoy. Los priistas: José Reyes Baeza de Chihuahua; Eduardo Bours de Sonora; Fidel Herrera, Veracruz; Natividad González de Nuevo León; Eugenio Hernández de Tamaulipas; Humberto Moreira de Coahuila; Ismael Hernández de Durango. Y los panistas: José Osuna de Baja California; Juan Manuel Oliva de Guanajuato; Luis Armando Reynoso de Aguascalientes y Marcelo de los Santos, de San Luis Potosí, quien vio a Mouriño por última vez en su Estado. También estuvo presente el presidente de la Suprema Corte de Justicia, Guillermo Ortíz; del IFE, Leonardo Valdez, del Tribunal Electoral Federal, María del Carmen Alanís y el ombudsman nacional, José Luis Soberanes, entre otros.
8:42 HORAS
Los féretros con los restos de las nueve personas fallecidas en el accidente aéreo ingresaron a Campo Marte. Eran escoltados por policías federales.
Fueron colocados a la mitad del campo sobre alfombras rojas. Cada uno tenía las fotografías de los fallecidos.
Cubiertos por un Lábaro Patrio, los ataúdes color caoba fueron puestos en medio del Campo en una tarima. Juan Camilo Mouriño fue colocado al frente.
Parados en un pequeño templete, los integrantes del Gabinete Legal y Ampliado no dejaban de mirar los féretros. Arriba, en las gradas, autoridades de todos los niveles observaban consternados.
A la derecha, bajo una carpa, fueron congregados los deudos de las víctimas.
9:00 HORAS
Arriba el presidente Felipe Calderón, su esposa y colaboradores más cercanos.
A los 3 minutos inició su discurso. En 22 minutos enumeró las cualidades del ex secretario de Gobernación y los fallecidos. Defendió y enalteció la labor de Mouriño, su amigo entrañable. La voz se le quebraba al hablar.
Pero el discurso presidencial reflejó el momento que vive el país. Dibujó la visión de Gobierno.
“Y por muy larga que sea la noche de nuestra adversidad, sabemos que un día vendrá la luz, y lo supimos desde el día en que nos decidimos juntos, en la plenitud de la vida, a romper las sombras de nuestro México y a encender nuevas esperanzas”, dijo Calderón a los asistentes.
Al terminar el discurso, se acercó con su esposa a los féretros. Al lado del lugar de Mouriño, cantó el Himno Nacional. El presidente no pudo resistir y las lágrimas cedieron. Su esposa, quien se encontraba enseguida de él, le hablaba como si intentara calmarlo. Calderón se contuvo y permaneció de pie. No se tomaron de la mano. Fueron institucionales y terminaron de cantar el Himno Nacional.
Tras culminar la ceremonia luctuosa, el presidente fue a dar el pésame a cada uno de los familiares de los fallecidos. A cada una le entregó una bandera.
Al final, una persona fue a recoger la fotografía de Juan Camilo de la base donde estuvo su féretro. Se la llevó y la entregó a una de las hijas del ex secretario. Junto a sus dos hermanos, los tres abrazaron la foto. Fue la despedida de su padre.