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Alimentación de empleados, un complejo problema de salud

El Universal

En México 29 millones de trabajadores padecen sobrepeso.

Baja productividad, ausentismo, cansancio, sobre peso, incremento de enfermedades como diabetes, alto riesgo de accidentes y desnutrición, son sólo algunos de los problemas derivados por la mala alimentación de los trabajadores que por no contar con el tiempo suficiente o salarios bien remunerados comen “lo que sea” en una dieta basada en frituras, tacos, tortas, hamburguesas, pizzas y refrescos.

Información de la Secretaría del Trabajo señala que actualmente 67% de mexicanos entre 20 y 65 años de edad padece problemas de obesidad y de estos 29 millones son trabajadores.

Esta dependencia coincide con la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en que la alimentación de los empleados es un problema complejo que requiere de la disposición de empresas y gobierno.

Esas dos instancias, legisladores, especialistas en nutrición y empleados, están de acuerdo en la necesidad del acondicionamiento y construcción de comedores en centros de trabajo que tengan capacidad para ello.

Esto, se establece como opcional en una iniciativa presentada por senadores priistas encabezados por María de los Ángeles Moreno, respecto a lo cual su compañero de bancada, Carlos Aceves del Olmo, quien es presidente de la Comisión del Trabajo de ese órgano legislativo, resalta que entre el 85 y 90 por ciento del empleo lo dan las pequeñas y medianas.

Pero estas últimas, precisa, no tienen comedores, por lo que en una Ley debe establecerse como opcional esa prestación, “porque no podemos poner en un callejón sin salida a empresas que dan trabajo a mucha gente”.

Información de la OIT señala que en general los salarios no van aparejados con las necesidades de alimentación de una familia y destaca que por cada punto porcentual que se aumente en calorías en la alimentación balanceada, se incrementa 2.27 por ciento la productividad de las personas.

“Si logramos convencernos primero y convencer en su caso a la Secretaría de Hacienda de que esa prestación a los trabajadores se puede convertir en una fuente adicional de ingresos, a partir de la deducibilidad que se tendría por concepto de estas ayudas alimentarías, entonces, estaremos verdaderamente entrando a romper este circulo vicioso para que se convierta en un circulo virtuoso”, plantea el secretario del Trabajo, Javier Lozano.

Rosa María Andrade García, encargada del Servicio de la Unidad Metabólica del Hospital de Especialidades del Centro Médico Nacional La Raza del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), considera que si bien una empresa no puede establecer un comedor que de los alimentos adecuados a sus trabajadores, puede habilitar un espacio con mesas y horno de microondas para que los empleados calienten su comida.

Sugiere que para evitar una mala alimentación, las personas deben hacer un esfuerzo, y por la noche, entre algunos ejemplos, dejar lista fruta o verdura cortada, carne con ensalada, o incluso tacos de pollo o carne, para solo dorarlos por la mañana y colocar la comida en un recipiente.

Fundamentalmente aquellos que salen de sus hogares a las cuatro o cinco de la mañana y que se desplazan por varios kilómetros para llegar a sus centros de trabajo, pues estos son los que en mayor índice están más horas en ayuno y eso trae diversas repercusiones, como problemas gastrointestinales, sueño y con ello bajo rendimiento y riesgo de accidentes.

Andrade García, señala que los problemas por mala alimentación en trabajadores se presentan en los empleados de oficina. Un trabajo de oficina requiere 1.8 kilocalorías por minuto; estar sentado exige 1.39; y la práctica de la agricultura, la minería, la silvicultura o la construcción pueden demandar de 5 a 10 kilocalorías.

Hasta un 70 por ciento de los trabajadores no tienen un lugar específico para comer. “Y los oficinistas son los que en mayor índice no tienen un lugar a donde acudir a comer y sólo les dan una hora. Con ellos es de salte y vete a comer y a ver a dónde encuentras”.

Hay personas que trabajan desde las ocho de la mañana y no tienen horario de salida, y el estrés en el que trabajan por el cúmulo y presión de trabajo, tienen que encargar pizzas, hamburguesas y toman mucho refresco, lo cual evidentemente les hace aumentar el peso y con ello problemas colaterales como diabetes.

De acuerdo con la iniciativa presentada por la senadora María de los Ángeles Moreno, los patrones deben ampliar sus instalaciones para crear comedores o firmar convenios con pequeñas fondas y restaurantes y por otro lado que den vales para comida o despensa.

Esta propuesta es basada en un modelo brasileño a través del cual se ha logrado reducir en 16% la desnutrición de los obreros y 300% los accidentes laborales. Además de incrementar 70% el poder del salario real y dejar al fisco derramas por 12 mil millones de dólares durante los últimos 25 años.

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