Varios alimentos han presentado incrementos considerables.
Especialistas advierten que entre mayor sea la expectativa de depreciación del dólar y la previsión de que aumentará la demanda por alimentos en los próximos meses, el precio de estos bienes tenderá a incrementarse.
En el mundo se terminó la era de alimentos baratos. En los últimos meses se registraron fuertes incrementos en el precio de los principales granos, que también se utilizan como insumos en la elaboración de alimentos procesados.
Para México, este escenario ha significado que el Banco de México, que encabeza Guillermo Ortiz, mantenga firme su política monetaria sin recurrir a una baja en las tasas de interés como lo han pedido los participantes de los mercados financieros.
En los bolsillos de las personas también el impacto es importante, al tener que asumir un mayor costo para consumir productos básicos como el pan, leche y carne, principalmente.
Tan sólo el precio del pan en México ha subido cerca de 50% en algunos establecimientos.
Una de las razones del fuerte aumento en el costo de los llamados commodities es la devaluación del dólar frente a otras monedas como el euro, explicó Christopher Manns, presidente de la Corporación de Comercializadores del Mercado de Futuros de Chicago.
En Estados Unidos el maíz, que se considera base para determinar los precios de otros alimentos básicos, pasó de 122.14 dólares por tonelada en 2006 a 164.26 dólares por tonelada en 2007, lo que significa un incremento de 34%, de acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO, por sus siglas en inglés).
Por eso, en el Mercado de Futuros de Chicago “todo el mundo quiere comprar todos los contratos de maíz”, dijo Manns.
El bajo precio del dólar frente a otras monedas provoca que los inversionistas dejen de comprar el billete verde para apostar al valor de los productos de alimentación básicos en el Mercado de Futuros de Chicago.
Además, existe un factor muy relevante que hay que seguir de cerca y es la especulación. Entre mayor sea la expectativa de depreciación del dólar y la previsión de que aumentará la demanda por alimentos en los próximos meses, el precio de estos bienes tenderá a incrementarse, explicaron analistas del mercado de futuros.
De acuerdo con el estudio del organismo “Combatiendo la Inflación de los alimentos a través de inversión Sostenible”, el índice de precios se disparó 23% entre 2006 y 2007, cuando entre 2005 y 2006 había registrado sólo un aumento de 9%.
Y el escenario a futuro no proyecta una tendencia de decremento de precios. Leche, oleaginosas, cereales y carnes integran el índice de precios de la FAO.
China, gran devorador de alimentos
Los precios del maíz no están tan altos como podrían estar, aseguró el presidente de la Corporación de Comercializadores de Chicago.
El precio del grano va a estar todavía más alto porque China incrementa su demanda y por primera vez no están exportando maíz, explicó Caridad Garcia-Manns, estratega de mercados internacionales del Grupo de Comercializadores del Mercado de Futuros de Chicago.
En el país asiático 800 millones de agricultores producen maíz amarillo para animales, pero tienen “enormes” oportunidades de producir maíz blanco para consumo humano, dijo.
Para los agricultores de maíz los precios han incrementado por el costo de las semillas, los fertilizantes y los seguros.
El grano puede subir hasta 8 o 9 dólares por bushel (25 kilogramos), acotó Christopher Manns.
El fuerte crecimiento económico de China ha provocado que varios insumos tuvieran fuertes incrementos en sus precios. China ha tenido que implementar diversas medidas económicas para disminuir su ritmo de crecimiento, porque sería insostenible para la economía mundial abastecer al país asiático de insumos con crecimientos sostenidos de más de 10% anuales en su economía.
Sin embargo, China no es la única nación que demanda más alimentos. India se ha convertido en un país con gran potencial de consumidores ante la creciente población y el aumento en su Producto Interno Bruto (PIB).
Etanol, no tiene impacto
Al contrario de los efectos de la devaluación del dólar, el uso del maíz para etanol no genera inflación, afirmó la estratega de mercados internacionales del Mercado de Futuros de Chicago.
El destilado grano de maíz, que se obtiene del etanol, se puede utilizar para el consumo humano, aseguró.
El destilado de maíz está sustituyendo las compras del grano porque tiene una calidad superior de proteínas, señaló.
La sustancia tiene un mínimo de 26% de proteínas, mientras que el grano contiene sólo 9%.
“Las cajas de hojuelas de maíz para consumo humano valen 4 dólares, de los cuales hay entre 4 y 6 centavos de maíz en la caja, lo que resta es transportación, empaque y comercialización”, dijo Garcia-Manns.
Pero los productores de petróleo generan una propaganda que culpa al etanol de los incrementos en los precios del maíz, pues al diversificarse la oferta de combustible bajan los precios del crudo.
“El tope hacia la alza del petróleo era 50 dólares por barril, se pensaba que si eso ocurría la economía se iba a distorsionar. Pero los petroleros se dieron cuenta que eso no ocurrió. Por eso están empujando el precio a sus límites”, acusó García-Manns.
“No vamos a ver en mucho tiempo el precio del petróleo por debajo de 90 o 95 dólares por barril”, previó.
De acuerdo con el estudio de la FAO, los cereales incrementaron 130% entre septiembre de 2006 y septiembre de 2007.
En tanto, el presidente de la Corporación de Comercializadores de Chicago pronosticó que la estabilidad de precios de la carne terminará para finales del año, cuando los precios de se disparen.
La carne no registró un aumento de precio entre agosto de 2006 y agosto de 2007, según el estudio de la FAO.
“El destilado de maíz también se utiliza para alimentar el ganado, con lo que retiene un incremento mayor en los precios del maíz, pero creo que al final del año va a subir muy fuerte el precio de la carne en todo el mundo”, explicó Christopher Manns.
En tanto, según la FAO, la leche de vaca incrementó 150% entre septiembre de 2006 y septiembre de 2007, mientras que las oleaginosas incrementaron su precio en 130% de octubre de 2006 a septiembre de 2007.
“El incremento durante el último año fue especialmente largo para productos lácteos, y más recientemente afectó cereales y oleaginosas”, señala la FAO.
Estados Unidos, uno de los principales productores de trigo, registró precios que incrementaron más de 150% entre 2001 y 2007. En tanto, Ucrania, Rusia y Kazakhstan apuntaron incrementos hasta en 105% en el mismo periodo.
De acuerdo con la FAO, “parte del incremento de los precios se debe al resultado de problemas temporales de oferta, tales como sequías (incluyendo las que ocurrieron en el Sureste europeo en la mitad de 2007) y muertes”.
Con excepción del azúcar, los demás productos de la canasta básica de alimentos han sufrido efectos inflacionarios, destaca el estudio del organismo internacional.
Según la FAO el fenómeno tiene impacto para los consumidores en productos finales como la leche, la mantequilla y el pan.
