POR: DR. LUIS MAEDA VILLALOBOS
Desde hace años se ha pensado en la teoría del ingeniero Napoleón Otero Sanvicente de utilizar los abanicos aluviales abundantes en las sierras, no sólo de La Laguna sino de todo el territorio nacional. Estas formaciones son el resultado de la confluencia de varios arroyos a uno principal, que va a desembocar en la falda del cerro a un cono formado de gravas, cantos rodados, arenas y arcillas, con el resultado de constituir un área permeable al subsuelo, lo que permite la infiltración del agua a los depósitos naturales o acuíferos. El ingeniero Otero Sanvicente calculó con la muestra de Laguna Seca y dijo que si se aprovecharan los abanicos aluviales en la región, se obtendría agua en un volumen mayor que la que se capta en la presa Lázaro Cárdenas en el nacimiento del río Nazas.
Teóricamente, más de cinco mil millones de metros cúbicos.
Otro de los métodos de recarga, es el aprovechamiento de las aguas residuales previo tratamiento, y llenar las condiciones señaladas en las Normas Oficiales Mexicanas para infiltrarlas al subsuelo.
El cultivo del agua de lluvia para el mismo propósito no es factible, debido a que en el ecosistema regional del semidesierto, la precipitación pluvial es de 250 milímetros anuales. Con la misma idea de la recarga de los acuíferos, se ha pensado en traer agua del parteaguas de la Sierra Madre Occidental, cosa bastante costosa y con problemas geopolíticos con los estados vecinos. Una circunstancia que debe considerarse seriamente es la cuestión climática, como es el caso de los largos periodos de sequía –de los que no existe estadística confiable alguna- que trastornan las actividades principalmente en el sector temporalero, donde prevalece la pobreza.
En el Consejo Ecológico de Participación Ciudadana de Torreón, A.C., y Laguneros por el Agua, A.C., Organismos No Gubernamentales (ONG’s), se logró una propuesta para el caso, que nos ha parecido interesante, en virtud de sus bases lógicas. Se consideran hechos como la instalación de gasoductos y poliductos desde el sureste de la República (Tabasco, Chiapas, Veracruz) hasta nuestra región y de acuerdo con Conagua, agricultores, ganaderos y la Iniciativa Privada se piensa en la factibilidad de construir un HIDRODUCTO desde aquellos estados con bastantes recursos de agua, lo que favorecerá a La Laguna para la producción agrícola, de forrajes, a la cuenca lechera, refresquera y cervecera y al sector industrial en general. Volverá con ello la recuperación de los acuíferos, el comercio, el bienestar, la salud de la ciudadanía y la paz social.
La idea de estas ONG’s, aunque interesante como se dijo, tiene antecedentes que quedaron sólo en una buena intención, como fue el Plan NAWAPA de traer el agua desde Canadá de las Montañas Rocallosas, y en represas escalonadas llevarla hasta las planicies desérticas de la Unión Americana. El mismo Plan contemplaba traer agua al norte de la República por medio de dos canales costeros: uno el Plinio, del lado del Océano Pacífico desde Sonora hacia el sur hasta Sinaloa. Y por el lado del Golfo de México, otro canal desde el sureste, llamado Pligón, que contemplaba hacer llegar agua a la Comarca Lagunera.
Algo se asemeja, pero en este caso, no se trata de canales y represas escalonadas, sino de un ACUEDUCTO con la misma tecnología que ha practicado PEMEX con sus poliductos. Vale la pena, dadas las circunstancias de que la sociedad en conjunto, contempla que todo es factible, siempre que exista un razonamiento lógico, la prioridad de la supervivencia de los seres vivos o biota, que incluye al mismo humano, y sobre todo, voluntad política.
Torreón, Coah., Enero 2008
