Desde hace unas semanas, Miguel Ángel Ortiz Toriello, hijo del presunto líder de la banda de “La Flor”, dejó de ser la persona alegre que sus alumnos conocían para convertirse en un hombre “serio y triste”.
De acuerdo con sus estudiantes, la razón fue el atentado que sufrió su padre que lo tenía al borde de la muerte. “Él nos contó que habían asaltado a su papá y como fue a denunciar, lo intentaron matar”, aseguraron.
Días después llegó la noticia: la PGJDF localizó al presunto jefe de la banda acusada del plagio y asesinato de Fernando Martí. “Estaba en el Messenger y una amiga me lo contó, me dijo que el jefe estaba herido en el hospital y que se llamaba Sergio Humberto Ortiz Juárez, entonces me preguntó si no me sonaba el nombre, lo relacioné y quedé en shock”.
Los alumnos de Miguel Ángel lo consideran una persona “íntegra, amable, que siempre estuvo cuando lo necesitábamos”. Por ello, la noticia de que el profesor pudiera estar involucrado en el caso del joven Martí fue sorpresiva en el Centro de Estudios en Ciencias de la Comunicación (CECC).
El ambiente en la escuela es tenso. Las autoridades del plantel y los elementos de seguridad escoltan a los jóvenes hasta que están dentro de las instalaciones para evitar que sean interceptados por los medios.
Incluso, entre los mismos alumnos se aconsejan para que nadie dé declaraciones.
Miguel Ángel Ortiz presentó su renuncia por escrito al CECC, la cual fue enviada este jueves a la Procuraduría, según informó el representante legal de la institución, Xavier Trueheart, quien además dijo que la dependencia judicial solicitó a la empresa los recibos de pago y comprobantes de la venta de la camioneta Mercedes Benz que posee Ortiz Toriello.