Los altos precios de la gasolina han impactado la dinámica económica de todos los países.
Los efectos del alto precio de los combustibles se dejaron sentir ya en las bolsas de valores y ahora golpean de manera directa a los bolsillos de los habitantes, tanto del primer mundo como de países en vías de desarrollo.
Algunos de sus estragos son hasta ahora protestas de transportistas y pescadores, alzas en el pasaje urbano, despidos en aerolíneas, cierres de plantas automotrices y hasta propuestas para eliminar impuestos a la gasolina.
Los precios internacionales del petróleo se han disparado casi al doble en lo que va de 2008 y hace dos semanas el barril llegó a los 135 dólares, en medio de la incredulidad y sorpresa de los analistas e inversionistas que temen siga en aumento.
La situación se agrava con el inicio de la temporada de huracanes, que además de causar desastres naturales también afecta a la economía mundial, pues las petroleras ajustan su producción por los daños a sus instalaciones en el mar y ello encarece los combustibles.
En Estados Unidos la automotriz General Motors anunció esta semana que cerrará cuatro plantas para hacer frente al gasto que implica el consumo de combustibles, lo que ya generó protestas en Canadá, donde se ubica una de las armadoras que dejarán de operar.
En Los Angeles varias agrupaciones ciudadanas organizaron un boicot contra gasolineras Exxon y Mobil en protesta por sus elevados precios y la medida podría extenderse a ciudades como San Francisco y Chicago, con poblaciones significativas de latinos.
En España 15 mil taxistas se sumaron este jueves a las movilizaciones iniciadas días atrás por pescadores y transportistas de carga que rechazan el alza de casi 40 por ciento en los precios de los hidrocarburos en el último año.
En El Salvador el transporte colectivo cumplió su amenaza de subir sin autorización las tarifas, en una medida que constituye un duro golpe a los bolsillos de la población que tiene que lidiar además con la carestía de los alimentos.
La gasolina también aumentó en India, cuyo gobierno argumentó que ‘no le quedó de otra’ y a partir de esta semana comenzó a venderla 10 por ciento más cara. Antes de la subida el pánico apareció y miles de personas abarrotaron gasolineras para llenar sus tanques.
Ante la adversidad, algunos gobiernos han tomado cartas en el asunto y un ejemplo es el de Perú, que mantiene sin aumentos los precios de los combustibles desde mayo de 2007, pese a los intensos vaivenes del mercado mundial y a la volatilidad del petróleo.
Ello gracias a un Fondo de Compensación que ha costado al gobierno 741 millones de dólares provenientes del presupuesto nacional y del pago del impuesto selectivo al consumo, impuesto general a las ventas y por rodaje que pagan los conductores.
Por su parte, los ministros de Finanzas de los 15 países que usan el euro ya analizan la propuesta francesa de reducir el Impuesto al Valor Agregado (IVA) a la gasolina.
Sin embargo los efectos del alza de combutibles no son negativos para todos.
Un reporte reciente en Estados Unidos indicó que la industria de los automóviles híbridos se ha visto beneficiada en lo que va de 2008, pues cada vez más gente quiere autos cuyos motores funcionan por igual a base de gasolina que de electricidad.
Depende de Hacienda precio de la turbosina
El titular de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), Luis Téllez Kuenzler, aclaró que la dependencia a su cargo no determina los precios de la turbosina, lo que le impide intervenir ante el aumento que registra el combustible, como lo demandan varias aerolíneas.
Entrevistado después de reunirse con integrantes del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), el funcionario explicó que quien determina los precios de la turbosina es la Secretaría de Hacienda, “la cual -dijo- ha establecido muy claramente que no va a cambiar la fórmula de fijación del precio”.
El presidente del CCE, Armando Paredes Arroyo, declaró por su parte que en la reunión privada con Téllez Kuenzler se abordó el avance de la infraestructura carretera y las concesiones.
“Hay un avance importante de casi 80 por ciento de las concesiones y de las licitaciones, que están prácticamente contratadas, y muchas de ellas ya iniciaron las obras”.
Sin embargo, dijo que el gran problema hacia delante es la falta de capacidad en el país de ingeniería y de proyectos, lo cual podría limitar una mayor expansión de la inversión en obra pública.
Hay capacidad para realizar el programa de infraestructura del gobierno, pero “si avanzamos hacia delante en una reforma energética y se detona más obra en el sector petrolero” el país tendrá que echar mano de capacidades del exterior para no parar el desarrollo.
Paredes Arroyo señaló que ante el rezago existentes por la falta de infraestructura humana, un mayor ritmo de inversión en infraestructura y el crecimiento previstos en el país, “tendremos que generar más capacidades de ingeniería en el país”.