La enfermedad de Alzheimer acecha a la humanidad, pero su ataque principal se da entre gente mayor a los 65 años.
El tiempo de vida de los humanos es mayor, como lo son las amenazas a la salud, una de ellas es la desmemoria
Las mejores condiciones de vida, los fármacos y las técnicas médicas han logrado alargar la existencia, pero no han podido evitar que ciertos males se conviertan en un peligro latente para la gente de más edad. Un lugar destacado en el mapa de los riesgos lo ocupa la enfermedad de Alzheimer, la cual borra la memoria de sus víctimas.
En unos cuantos años el mal se ha hecho demasiado popular, lo cual tiene que ver con el cambio en la tendencia de la pirámide demográfica y el incremento en la esperanza de vida, es decir, ahora hay más gente vieja con mayores posibilidades de prolongar su existencia.
Alarma geriátrica
La enfermedad de Alzheimer acecha a la humanidad, pero su ataque principal se da entre gente mayor a los 65 años. La Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió recientemente que si la tendencia no se modifica el mal podría afectar a unos 100 millones de personas en el mundo para el 2050.
Es momento de tomar medidas, aprender de la ciencia para enfrentar mejor el problema de salud.
Federico Ortiz Moreno, presidente de la Federación Mexicana de Alzheimer, informó que en México existen aproximadamente 500 mil personas mayores de 60 años con esta enfermedad, además de otras 50 mil menores de 59.
En el fondo
Edilberto Peña de León, coordinador de siquiatría de la Clínica de Memoria del hospital Médica Sur, dijo que en México tendemos a creer que la pérdida de la memoria es parte natural del envejecimiento, pero esto es un error:
“Los olvidos constantes, la falta de concentración y comprensión, así como otros problemas de conducta son síntomas relacionados a la enfermedad de Alzheimer. Por lo tanto debemos evitar la negación y estar atentos a estas manifestaciones para detectar la enfermedad a tiempo ya que, si bien no existe todavía una cura para la misma, su progresión puede ser controlada en aras de mejorar la calidad de vida del paciente”, aseguró.
Otra cuestión fundamental sobre la que es necesario generar conciencia es la capacitación que requiere el cuidador de los pacientes con Alzheimer, tanto para enfrentar emocionalmente el hecho de tener un familiar enfermo, como para asegurarse que éste reciba los medicamentos adecuados para cada fase del padecimiento, los cuales se catalogan como: leve, moderada y severa.
Las personas que tienen síntomas de Alzheimer deben ser valoradas por especialistas y de acuerdo a su condición. Muchas veces quienes las rodean no poseen los conocimientos para cuidarlas, lo que trastoca a la familia del afectado, por ello es muy importante que se reciban consejos en lo emocional y social, y se dé tratamiento médico adecuado a los pacientes, que también deben tener un cuidado especial para mantener lo mejor posible su calidad de vida.
