Un activista tibetano llora mientras es transportado en un furgón tras haber sido detenido durante una protesta en el exterior de la Embajada China en Nueva Delhi, India. Ayer el Dalai Lama negó estar detrás de la espiral de violencia desatada en el Tíbet y anunció que abandonará su cargo si la violencia continúa. (EFE)
El Dalai Lama amenazó ayer renunciar como líder del Gobierno tibetano en el exilio si se descontrola la violencia cometida por tibetanos en su patria.
El líder espiritual también rechazó enérgicamente las acusaciones chinas de que orquestó las manifestaciones de la semana pasada en el Tíbet, con su consiguiente violencia.
“Les digo a China y a los tibetanos: no cometan actos de violencia”, dijo a la prensa en la ciudad india de Dharmsala, sede del Gobierno tibetano en el exilio.
Aunque la situación en el Tíbet sigue incierta, gran parte de la violencia la semana pasada parece haber sido cometida por tibetanos. En los días subsiguientes han aumentado las preocupaciones de que los soldados chinos que tratan de reafirmar el control en Lhasa estén vengándose de los tibetanos.
“Nos guste o no, tenemos que vivir juntos unos con otros”, dijo el Dalai Lama, que siempre ha reclamado una autonomía significativa para los tibetanos dentro de China. “Debemos oponernos a las políticas chinas, pero no a los chinos. No sobre una base racista”.
Aunque claramente temeroso de una represión china -comparó la suerte de los tibetanos con la de “un ciervo joven en las garras de un tigre”-, el Dalai Lama manifestó asimismo una profunda preocupación por los ataques tibetanos a los chinos de la etnia Han. Esta etnia mayoritaria ha sido introducida en el Tíbet por el Gobierno chino a fin de que se asiente allí y despierta profundo rencor en la región.
Dijo que “si se descontrola la situación”, su “única opción será renunciar completamente”.
Un asistente dijo que el Dalai Lama, de 72 años, renunciaría como líder político, pero no como el líder religioso supremo de todos los budistas tibetanos.
Acusan a disidentes de minar olimpiadas
Por su parte, el primer ministro Wen Jiabao acusó ayer a los seguidores del Dalai Lama de orquestar protestas violentas para socavar los Juegos Olímpicos de Beijing.
Wen también afirmó que los partidarios del Premio Nobel de la Paz han provocado la violencia con el fin de conseguir la independencia del Tíbet.
Los manifestantes en el Tíbet se oponen al deseo del pueblo chino de organizar una olimpiadas exitosas en agosto, dijo Wen después de varios días de protestas en el Tíbet encabezadas por monjes budistas contra el régimen chino en la región.
En la respuesta de más alto nivel por parte del Gobierno chino, Wen recalcó la determinación del régimen comunista de reestablecer el orden en Tíbet, además de transmitir un mensaje al mundo de que albergará los Juegos sin problemas.
Según el líder chino, “tenemos amplias evidencias de que los incidentes fueron organizados” por “la camarilla del Dalai Lama”.
En una rueda de prensa, Wen señaló que sólo está dispuesto a mantener un diálogo con el Dalai Lama si el líder espiritual de los tibetanos, que vive exiliado, “está dispuesto a abandonar su propuesta de la llamada independencia tibetana”.
Wen también negó que exista un “genocidio cultural” en Tíbet, tal como lo ha denunciado el Dalai Lama.