El presidente estadounidense, George W. Bush (izq.), es recibido por un grupo de niños con banderitas de Israel y EU a su llegada a la residencia de su homólogo israelí, Shimon Peres (derecha), en Jerusalén, mientras que seguidores de Hamas protestaron en la ciudad de Gaza contra la visita del mandatario estadounidense. (EFE)
El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, amenazó ayer a Irán con “consecuencias graves” si vuelve a hostigar a sus Fuerzas Militares, mientras se declaró “optimista” sobre la posibilidad de lograr un acuerdo de paz entre israelíes y palestinos.
Bush se reunió ayer en Jerusalén con el primer ministro israelí, Ehud Olmert, un encuentro que debía estar dominado por las negociaciones palestino-israelíes para lograr en un año lo que no se ha conseguido en 60 años de conflicto en Tierra Santa.
No obstante, la tensión entre Estados Unidos e Irán dejó el tema parcialmente de lado, después de que el domingo buques estadounidenses estuvieron a punto de abrir fuego contra lanchas iraníes en el Estrecho de Ormuz, en la boca del Golfo Pérsico.
El presidente elevó ayer el tono de sus amenazas a los iraníes, en una rueda de prensa conjunta con Olmert. “Habrá consecuencias graves si atacan nuestros barcos, simple y llanamente. Les aconsejo que no lo hagan”, advirtió.
El Gobierno de Teherán ha dicho que Estados Unidos ha exagerado el incidente y una fuente militar iraní ha acusado a Washington de “fabricar” un video que según el Pentágono muestra lo que pasó.
Sobre las negociaciones de paz entre palestinos e israelíes, Bush enfatizó que existe una oportunidad “histórica” y se declaró “optimista” de que las dos partes puedan alcanzar un acuerdo de paz antes de que finalice este año.
Tras la rueda de prensa, el consejero de Seguridad Nacional, Stephen Hadley, matizó que el pacto delimitaría “los términos” de un futuro Estado palestino y no significaría necesariamente su creación para esa fecha.
Por su parte, Olmert opinó que no habrá paz mientras su país sufra ataques de cohetes lanzados desde Gaza.
El primer ministro señaló que Israel “no tolerará esos ataques despiadados” y alertó de que “no dudará en tomar todas las medidas posibles” para detenerlos.
Sus palabras no fueron en vano, pues ayer mismo tres palestinos -un civil y un miliciano de la Yihad Islámica- murieron a causa de ataques israelíes en Gaza, de donde partió una decena de cohetes artesanales y proyectiles de mortero durante la jornada.
Bush dijo que hoy jueves, preguntará al presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmud Abbas, con quien se reunirá en Ramala (Cisjordania), qué puede hacer para detener el lanzamiento de dichos cohetes.
Lo reciben con protestas
Las protestas, los ataques y las amenazas marcaron ayer en Gaza el inicio de la primera visita a Israel de George W.Bush como presidente de Estados Unidos.
Mientras Bush recibía elogios y halagos en Jerusalén, su presencia en la región era acogida en Gaza con manifestaciones, enfrentamientos y llamamientos para asesinarlo.
Un grupo palestino autodenominado “Ejército de la Nación Islámica” exhortó en una rueda de prensa en Jan Yunes, al sur de la Franja, a asesinar “al criminal Bush, jefe de los infieles”.
El llamamiento al magnicidio se sumó a las manifestaciones de centenares de palestinos para protestar por la visita de ayer de Bush a Ramallah (Cisjordania) para reunirse con su colega palestino, Mahmoud Abbas, rival de los islamistas de Hamas, que controlan Gaza.
Seguidores de la Yihad Islámica también habían expresado en la víspera su rechazo al viaje de Bush a la zona, a la que siguió ayer otra concentración de Hamas en la que los participantes marcharon hacia la sede de la representación de la ONU en Gaza.
Hamas, que controla de facto la franja desde junio, calificó a Bush de “terrorista” y en uno de los carteles se mostraba una imagen del presidente norteamericano con cuerpo de serpiente.