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AMLO, el clero y el presidente Calderón

Mirando a fondo

Víctor González Avelar

PARECERÍA QUE algunos de los representantes de las diversas instituciones que existen en este país, se encontraran afectados en su más elemental capacidad mental de raciocinio y para el reconocimiento de la realidad del mundo exterior.

ME QUIERO REFERIR a la serie de sandeces que algunos directivos que manejan algunos de los sectores de opinión y grupos sociales han venido manifestando en las últimas semanas. No conformes con la cargada tensión social que vive este país, dedican su tiempo a soltar dislates desde los cenáculos en donde profetizan.

TENEMOS POR EL MOMENTO dos declaraciones que ameritarían análisis y una tercera que subyace implícita en todo este desorden. La primera es el anuncio que hizo urbi et orbi nuestro inefable, inquieto y que no ha logrado la paz del alma hasta el día de hoy: Andrés Manuel López Obrador.

Y ES QUE EL CIUDADANO AMLO le ha comunicado al presidente Calderón y a los habitantes de la Ciudad de México, que en su calidad de “Presidente Legítimo de México” tomará la noche del 15 de septiembre la Plaza del Zócalo en calidad de préstamo y por un ratito para dar su muy personal “grito”, y que una vez que lo haya dado aclamado por sus paniaguados y las valientes “Adelitas” todos pagados por su compadre Marcelo, se retiran con mucha tolerancia y cortesía para que el presidente Calderón pueda también dar su “Grito”.

NECESITAMOS RELATAR el significado que históricamente ha tenido la ceremonia del “Grito” en la Plaza de la Constitución para todos los mexicanos. Lo que fuera en alguna época las fiestas patrias del mes de septiembre, se han convertido en una mala zarzuela en donde bufones que no representan a nadie, nada más que así mismos, se disputan ser parte de la ceremonia.

DESGRACIADAMENTE los mexicanos ya hemos perdido la capacidad de asombro, todo nos viene pareciendo normal: Que se encuentran diez cabezas de ejecutados, pues no es nada, anteayer se encontraron veinte; que secuestraron a una jovencita, pues también es muy poco, pues el mes pasado secuestraron y ejecutaron a seis y así hasta el infinito. Que tomen el Zócalo resulta una verdadera nimiedad pues ya se tomó la tribuna de la Cámara de Diputados y se prohibió el ingreso del presidente de México a rendir su Informe y hasta tomar posesión, otros bloquearon las carreteras de peaje, los periféricos, circuitos, calles y avenidas, y tampoco pasa nada. Es lo normal y aquí no ha pasado nada.

PARA ACABARLA DE COMPLICAR en este mundo de confusiones, aparecen las desafortunadas declaraciones de la Arquidiócesis Primada de México del domingo pasado, que contesta a los que demandan un verdadero Estado laico en México.

PARA QUE LOS LECTORES se den cuenta del estado en que se encuentra el clero católico apostólico romano de México, mencionaré algunos de los argumentos que han esgrimido para fundar la imposibilidad de que el laicismo se pueda establecer en México y para ello, habría primeramente que corregir la historia nacional en los siguientes puntos: Quitar del estandarte que enarboló el cura Hidalgo la imagen de la Virgen de Guadalupe; que no se le nombre cura, sino ciudadano Hidalgo; desaparecer de la historia la época del Virreinato, suprimir a Sor Juana Inés de la Cruz llamándola Juana de Asbaje; corregir el Himno Nacional quitándole la estrofa “con el dedo de Dios escribió” y así hasta el infinito de tontería en tontería.

Y LA TERCERA, es la forma como el presidente Calderón resuelve el hostigamiento que sufre como presidente de México por parte de las tribus del desbaratado Partido de la Revolución Democrática, para cederle a un ciudadano (AMLO) el espacio de la ceremonia del 15 de septiembre y no pasa nada.

LA DEBILIDAD de un presidente ha sido el mejor caldo de cultivo para que los ambiciosos y conspiradores aspiren a derrumbarlo. La debilidad de un presidente mexicano es en estos momentos un pésimo mensaje para los criminales corta cabezas que han puesto de rodillas al Estado y al Gobierno mexicano; pero también esa debilidad es un muy mal mensaje para la población en general, que confía en las instituciones y en la aplicación del derecho.

EL PRESIDENTE CALDERÓN no se encuentra en su mejor momento como presidente de México. Este país en una sociedad difícil de gobernar, mucho han ayudado a la gobernabilidad las instituciones creadas en el siglo pasado, pero todo tiene un límite y la liga no se puede estirar de manera indefinida hasta que se reviente.

LOS PROBLEMAS QUE TIENE que afrontar como lo son: la carestía de los alimentos, la inseguridad, el alza mensual de las gasolinas y energía eléctrica, los problemas del magisterio y la reforma energética solamente por mencionar algunos, no son cosa fácil. Para enfrentarlos necesitará demostrar carácter, firmeza y mano firme, que no dura.

Y ES QUE SI LE TIEMBLA la mano, le temblará la silla.

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