Están en juego 366 delegados que se repartirían de nuevo, lo cual inclinaría significativamente la balanza en la contienda.
El Partido Demócrata de Florida está peleando por hacer una nueva disputa electoral vía correo electrónico, a pesar de la oposición de los delegados de ese estado y el equipo de campaña de Barack Obama, publicó ayer el Washington Post
Se propone convocar a nuevas elecciones porque las transcurridas el 29 de enero pasado fueron invalidadas por el Comité Nacional Demócrata, dado que se adelantó en el proceso sin su permiso.
Los adversarios del plan, que podría ser anunciado próximamente, temen por el conteo de votos y que un número pequeño de votantes pueda elegir a su candidato por el acceso a Internet, además de que persiste en la memoria el desastre de 2000 en la elección presidencial.
Florida y Michigan, estado que también se prevé llamar de nuevo a elecciones, serán determinantes para la batalla del nombramiento entre Obama y Clinton porque estos estados tienen un número suficiente de delegados para “desempatar” la carrera por la candidatura demócrata.
Este miércoles Clinton adoptó una postura intransigente en la controversia, diciendo que no aceptaría una distribución negociada de los delegados de Florida, como la delegación de la Casa del estado ha sugerido.
Su victoria de enero le daría una ganancia neta de 38 delegados, cortando a Obama de 106 delegados, liderando por más de un tercio.
“Hay en mi opinión dos opciones: respetar los resultados o tener nuevas primarias”, Clinton dijo la Cámara de comercio hispana ayer.
Pero el director de campaña de Obama, David Plouffe, dijo “tenemos una verdadera preocupación acerca de una elección vía correo electrónico”. Plouffe se preguntó si un voto vía correo sería justo para todos los votantes y si podría ser eliminado, dado que Florida nunca lo ha hecho antes”.
Aún con estas discusiones todos los demócratas están de acuerdo en que se necesita una forma de reunir la mayor parte de delegados de Florida para la próxima Convención Nacional de agosto, los líderes demócratas de Tallahassee ven pocas alternativas al plan del correo electrónico.
En un documento obtenido por Washington Post, fechado este miércoles, la presidenta del partido demócrata de Florida Karen L. Thurman instó a los congresistas de su partido, junto a Clinton y Obama, para considerar la propuesta del voto por correo electrónico con cuidado.
Tras esta advertencia detalla el proceso para las elecciones primarias: “la recaudación de fondos y la campaña empezarían hoy (el miércoles) y terminarían en abril 12. Las votaciones extranjeras y militares serían en abril 19. Cincuenta oficinas temporales de la elección se establecerían el 1 de mayo en áreas pobres para asegurar el acceso de votantes al correo electrónico. El 9 de mayo, la mayoría de las votaciones sería enviada fuera, y la elección sería oficialmente el 3 de junio, un día compartido con Montana y Dakota del sur”.
“Hemos reconsiderado cada alternativa potencial otra vez. Para proponer un proyecto de elecciones justas, abiertas y prácticas. Somos positivos para que el voto por correo electrónico combinado con la elección en urnas se pueda realizar en el tiempo disponible, pero sólo si los líderes demócratas sostienen el plan”, dice el memorándum.
Con la contienda entre Obama y Clinton tan cerca, una resolución de las controversias en Florida y Michigan, que tiene 366 delegados entre ellos, podrían ser crítico para identificar a un nominado que podría ganar esos estados esenciales en la decisión del candidato demócrata.
Crece la hostilidad entre Obama y Clinton
Barack Obama y Hillary Rodham Clinton se han embarcado en un ciclo de insultos y acusaciones que puede perjudicar sus esperanzas de llegar a la Presidencia.
Para deleite de su rival republicano John McCain, los dos aspirantes demócratas se están llenando de barro y sufriendo un gran desgaste en las internas partidarias, sin que haya empezado siquiera la campaña presidencial.
Llueven las denuncias, los desmentidos, las disculpas y de vez en cuando hay que despedir a algún colaborador por algo que dijo o hizo.
Esta semana Clinton tuvo que distanciarse de Geraldine Ferraro, quien renunció a su condición de asesora honoraria luego de armar revuelo al decir que a Obama le iba tan bien porque era de raza negra.
Obama evita entrar en esta tónica hostil. Pero deja que sus colaboradores le den palos a Clinton.
Uno de sus principales asesores, David Axelrod, se mostró furioso por los comentarios de Ferraro, quien a su vez expresó irritación por la reacción de Axelrod.
Samantha Power es una renombrada escritora, ganadora de un premio Pulitzer, quien se describe en tono de broma como “la chica de los genocidios” por su trabajo en ese campo. Asesora a Obama en política exterior sin cobrar y metió la pata al decirle a un diario escocés que Clinton era un “monstruo”.
Renunció al equipo de Obama antes de que la gente de Clinton pudiese agitar las olas por ese comentario.
Con frecuencia se ha tocado el delicado tema de la raza y también se habla de la religión y cuestiones étnicas.
La gente de Clinton tiene una publicidad en la que se pregunta al votante quién está más capacitado para atender una llamada en la que se reporta una crisis a las tres de la mañana. Muchos opinaron que el aviso, que alude a una presunta incompetencia de Obama, tenía un trasfondo racista. Obama lo negó.
En ocasiones se ha insinuado que Obama es musulmán, no cristiano, y Clinton se ha manejado con mucho cuidado al tocar ese tema, sin hacer pronunciamientos firmes que despejen esa impresión.
Clinton ha sido uno de los blancos preferidos de los republicanos por años. Y ha aprendido a sacarle provecho a las andanadas que le lanzan. También asumió una actitud mucho más beligerante hacia Obama en las últimas semanas.
